Capítulo 55: Maldición

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Contarle al Finlandés que en realidad ese pequeño si podría quedar preñado era... Gracioso, muy gracioso, su hermana danesa no dejaba de reír por su reacción, sobre todo porque para ella su hermano ya estaba muy enamorado del pequeño, que ahora solo evitaba que el canadiense se pasara de cariñoso pues, su hermano ruso se encontraba ahí.

Oh ¡Hermano! ¿No vas a entrar? — se acercó a su hermano eslavo hasta ponerse al lado del finlandés, quien nervioso al saber esa nueva información, solo se cubrió su sonrojado rostro — ¿Finn? ¿Onko sotilaani kunnossa?

¿Eh? — el peliblanco hasta el momento se había dado cuenta de aquel detalle, ese pequeño, sabía perfectamente su idioma, como si lo hablase todo el tiempo — Ecuador tu... ¿Ymmärrätkö minua?

¿Mph? Pues sí, obvio ¿Por qué? Tu me enseñaste

Ah... ¿De qué tanto hablan? — se acercó el canadiense para apartar un poco a su pequeño latino lejos del finlandés, antes de abrazarlo — ¿Me dirás chiquito?

¿Mph? No~ Es algo privado entre Finn y yo ¿Recuerdas? Es mi favorito, y ni tu tienes derecho a escuchar lo que nosotros hablamos, además — se soltó de los brazos del canadiense para ponerse detrás de su querido finlandés — Rakastan häntä enemmän kuin sinua — y con eso, solo sacó su lengua en forma de juego, dejando sorprendido al mismo finlandés como a su hermana.

Ah-... ¿No sería mejor seguir? — preguntó el finlandés nervioso, escuchando como su hermana se carcajeaba de la risa mientras le susurraba a los demás lo que las palabras del pequeño significaban, dejándolo más nervioso y sonrojado que antes

¿Cómo se le ocurría decir que lo amaba más a él que al canadiense? Quien supuestamente era su novio ¿O acaso mintió con eso también? ¿O solo aprovechaba que el pelirrojo no entendía ese idiota? Si el Finlandia de hacía 3 mil años atrás sabía ello, entonces ¿hacía que el menor engañara a su prometido con él? ¿Cómo es que habían ocurrido los hechos en realidad?

Ecuador ¿Puedes entrar primero? Yo- ah... No tengo tanta magia ahora como para entrar primero, y si hay algo adentro tu podrías hacer algo al respecto ¿Verdad?

Me encantaría ayudarte hermano, pero Cannie me prohibió rotundamente en entrar al territorio Dakaris

¿Qué? ¿Yo hice eso? — cuando el menor asintió aquello, dio un rápido vistazo a su hermano, el ruso y alemán, quien no dudaron en amenazarlo con sus armas sin que su pequeño lo notase — Hay... Mi amor ¿Cómo crees? Puedes hacer todo lo que quieras sin consultarme

De-... ¿Verdad?

Claro que si ¿Por qué te prohibiría entrar aquí? Se ve increíble y aterrador

... Nunca me habías dejado hacer lo que yo quiera... — miro a un lado unos segundos antes de sonreír y entrar rápidamente al lugar, segundos antes de volver a salir, besar al canadiense rápidamente y empujarlo un poco — Oye... ¡Las traes!

Y como si fuese un niño pequeño, solo corrió de regreso a aquella cueva sorprendiendo al canadiense ¿Acaso quería jugar? No se lo iba a negar, hacía tanto que no jugaba de esa manera con sus hermanos, por lo que no se negó en perseguirlo en juego, siendo seguido por los demás que ni locos se iban a alejar de ese pequeño.

Oye ven aquí — corrió hasta casi alcanzar a su pequeño, sin embargo, antes de poder atraparlo, él ya había desaparecido entre sus brazos, preocupando a todos al instante — ¿Qué? ¡¿Ecuador?!

Mi lejano futuro (Rusper)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora