Capítulo 39: Punto

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Para mostrar lo que el kazajo y el ucraniano querían enseñar, tanto la peruana como su esposo ruso, juntaron sus manos creando un gran hechizo, una esfera de luz capaz de recrear los recuerdos de cada uno según su punto de vista, ahí, nadie podría mentir, ya que mostraría la verdad de lo sucedido.

El kazajo, al ser el primero en mostrar su punto, se acercó a aquella espera colocando ahí su mano, y lo primero que se pudo mostrar, fue a la guatemalteca un día de esos, en donde leía y cantaba debajo de un árbol, por supuesto, él la veía fascinado, realmente enamorado de ella.

¿Y como no? Si de verdad la amaba, y solo a ella.

Por supuesto, él había elegido el recuerdo exacto cuando le pidió que sea su novia, a lo cual ella feliz había aceptado. Se notaba que se querían, que se apoyaban y estaban el uno para el otro. También se mostró como el kazajo le daba regalos, siempre intentaba animarla, aunque, con forme pasaban los recuerdos, ella cada vez se veía menos feliz.

De un momento para otro, su actitud hacia él había cambiado, de ser cariñosa y dulce, a sarcástica y aldo déspota, no reía con sus chistes, lo ignoraba, y apenas le sonreía. Esas pequeñas sonrisas que le lograba causar apenas podía fingirlas, y ni se esforzaba en ello. ¿Qué más podría hacer?

Intentó regalarle un completo sistema solar para ella sola, un descubrimiento que le tomó semanas hacer solo para su amada, pero ella solo se enojó, lo apartó y le gritó que estaba cansada, que estaba harta, y que ya no podía más con ello. Sin embargo, no terminó con él, solo se alejó, parecía abrumada, ni siquiera quería hablar con él.

Y una noche de esas, desesperado por saber que le ocurría a su novia, salió de su casa a escondidas para buscarla, de verdad parecía querer disculparse por todo, no sabía bien que había echo mal, pero de todas maneras, quería que lo perdone por su error. 

Sin embargo, al llegar a la propiedad de las Diosas, se quedó congelado al ver como su novia reía con un tipo en motocicleta. Estaba lejos de ambos, lo suficientemente lejos como para no ver de quién se trataba. Intentó acercarse para ver que quería ese tipo con su novia, pero entonces, sucedió.

Él terminó por besarla, y ella correspondiendo a ese cariño abrazándolo, parecía estar feliz con él, más feliz, de lo que no había estado con el kazajo en semanas. Eso le dolió, esperaba que sea una mala broma, y para rematarla peor, cuando es sujeto estuvo por irse, ella le gritó que lo amaba, y que lo vería al día siguiente después de la escuela.

Por supuesto, él terminó por acercarse a los segundos, buscando una explicación, gritándole el por qué ella había hecho aquello. Su reacción terminó por destrozarlo, no hizo excusa alguna, no le gritó, solo soltó un suspiro, miró a un lado, y se dio media vuelta, mencionando que para ella, terminaron el mismo día de su cumpleaños.

Él por supuesto no lo había entendido, no entendió que había hecho mal, no entendió por qué ella lo había traicionado de esa forma, y no importase cuanto le reclamará, ella solo le mencionó que ya no quería verlo más. Ahí, terminó con sus recuerdos.



Ya veo... Conque así pasaron las cosas para tí... — mencionó la peruana con curiosidad, sin duda, la perspectiva de una persona era completamente diferente a la perspectiva de otra. Hasta a ella le había dejado sorprendida aquello — Mala... — cuando fijó la vista a su hermana, se sorprendió al ver lo muy enojada que ella se encontraba, hasta estaba intentando controlar su poder por eso — Veo que estás enojada —

Mucho más que enojada... — sus ojos brillando de un intenso esmeralda representaban eso, los relojes del tiempo corrían de molestia y ella no lo ocultaba.

Mi lejano futuro (Rusper)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora