CAPÍTULO XLIII

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Dan conducía a toda velocidad hasta que alcanzó la casona y se adentró en el bosque. La luz de la Luna iluminaba el camino. Finalmente, llegó y entró a la casona.

Amy lo esperaba en la entrada.

— ¿Dónde está la pequeña?—Dan preguntó, disimulando que realmente estaba allí por la niña.

— Está en su habitación, vamos a buscarla. Llévatela, mi patrón no tardará en llegar.—Ambos avanzaron hasta la habitación de la niña.

— Samara, recuerda nuestro trato. Ahora ve, antes de que llegue tu padre.—Amy ayudó a la niña a incorporarse y salió de la habitación.

Al ver el estado de Samara, Dan sintió tristeza. Sin embargo, intentó disimularlo.

— Bien, Amy, tendrás tu dinero mañana.—Dijo Dan.

Amy asintió y lo despidió en la puerta de la casona.

Una vez que Amy cerró la puerta detrás de ellos, Dan se agachó al nivel de Samara.

— Te llevaré a mi casa, no te preocupes, no te haré daño.—Le dijo Dan.

Samara asintió en silencio y subieron al auto. Se sentó en el asiento trasero y Dan pudo verla a través del espejo retrovisor, tratando de calmarla.

— ¿Te llamas Samara? ¿Cómo llegaste a ese horrible lugar?—Preguntó Dan con voz suave.

Samara lo miró y luego volvió a mirar por la ventana.

— No lo sé. Solo recuerdo la imagen de Steve sobre mí.—Su voz estaba cargada de rabia.—Tengo menos de 16 años y ese hombre ha arruinado mi vida.—Respondió ella.

Dan tragó saliva, sabiendo a lo que se refería Samara.

— ¿Y cómo has logrado sobrevivir todo este tiempo?—Preguntó Dan con preocupación.

— Tenía que complacerlo con sus necesidades enfermas, sin oponer resistencia, ¿puedes creerlo? Para no morir o evitar que me hiciera algo peor tenía que acceder a sus fantasías.—Una lágrima rodó por su mejilla.—De cierta manera, estoy feliz de haber salido de ese lugar. Gracias por ayudarme.—Samara le respondió.

— No agradezcas. Ninguna niña debería pasar por esas situaciones.—Dan quería conocer los pensamientos de Samara acerca de Alice.—¿Tienes hermanos, o sabes algo de alguno?

— Sí, pero la odio con toda mi alma.—Samara hablaba con resentimiento en su voz.

— ¿Por qué? ¿Es mala o algo así?—Dan quiso saber más.

— La odio porque ella vivió como una princesita, mi padre no hizo con ella lo que me hizo a mí. Mientras yo soportaba sus besos y sus toqueteos, me sentía sucia, y ella estaba en casa, tranquilamente. Por eso la odio.—Respondió con frustración Samara.

—Pero, ¿y si ella no sabía lo que ocurría o algo así?—Dan quiso saber más.

—Dime, ¿qué persona se preocuparía por la hija de la amante de su padre? Estoy segura de que si sabe lo que me ocurre, debe estar feliz.—Samara dijo con resentimiento.

Dan decidió no volver a tocar el tema y aumentó la velocidad.

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Alice

Alan nos dejó no muy lejos  de la casa y se despidió de nosotros. Jake tomó mi mano y yo la suya.

—Estoy contenta de contar con más ayuda.—Dije con ternura.

—Yo también, conejita. ¿Estás lista para ver a Samara?—Jake me miraba fijamente mientras lo decía.

Asentí con ojos llenos de esperanzas.

ENAMORADA DE UN HACKER... (duskwood) #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora