Después de descubrir a un misterioso hacker, Alice decide contactarlo con el objetivo de pedirle ayuda. Mediante mensajes, ambos establecieron un trato y se reúnen en persona. ¿Qué pasará en su encuentro?..
una historia original, pero con personaje...
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Las sirenas seguían sonando en la calle mientras intentábamos darle esquinazo, pero aún las patrullas persistieron en seguirnos.
— ¡Alan, cambia de rumbo y pierde la pista! —grité mientras miraba hacia atrás.
— ¡Joder! ¿Sabes cuántas leyes acaban de infringir en este momento?—exclamó Alan, enojado
— ¡No, porque actualmente somos criminales!—respondí.
— ¡Argh! Seguro que tienes la culpa de que Alice actúe como una criminal y la hayas contagiado de tu calaña.—Alan me miró a través del espejo retrovisor y luego a Jake.
Jake le devolvió la mirada con indiferencia, sin darle importancia
— ¡Acelera, acelera y no culpes a Jake! Yo fui la que lo metió en esto, te daré toda la explicación que desees, pero acelera.—grité desesperadamente.
— ¡Mierda!—expresó Alan, pisando el acelerador.
Alan empezó a zigzaguear entre los árboles del bosque, perdiendo la pista de los policías. La radio de la patrulla empezaba a sonar.
"¡Atención a todas las patrullas! Teníamos un 10-0, pero hemos perdido la pista de los responsables. ¿Comandante Bloomgate, dónde está? Lo necesitamos", se escuchaba en la transmisión.
Alan tomó la radio para responder.
—Iré en cuanto pueda. Tengo otro código a la salida del pueblo.—mintió Alan.
Una vez dentro del bosque, bajamos el coche.
Alan se paraba frente a Jake.
—¡Tú eres el responsable de esto! siempre pones en peligro a los demás.—gritó Alan.
—¿Cuál es tu problema? Te lo explico claramente. ¿Pero por qué sigues tan molesto? —Jake le respondió.
—Sigue siendo esa hipócrita y manipulador.—expresó Alan, empujando a Jake.
Jake le devolvió el empujón sin retroceder.
—¿Quién te dijo eso? ¿Fue Clara? Le creíste más a su puto culo que a uno de tus mejores amigos. —gritó Jake, lleno de ira.
Alan estaba a punto de golpear a Jake cuando lo detuve.
—¡Basta! ¡Dios! ¿No podemos hablar como gente civilizada? Parece que son un par de niños inmaduros.—expresé con enojo.
Jake me miró con frialdad.
—¡Él empezó, conejita!—dijo con calma.
—No me importa quién empezó. Nunca van a comprender el punto de vista del otro si continúan siendo como perros y gatos.—argumenté.
—Sólo me calmaré por mi conejita. Si no, ya te hubiera roto esa maldita cara. —gritó Jake.
