Secretos

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El beso que compartían parecía estar subiendo de intensidad.

Aunque al principio era dulce y calmo, las respiraciones se empezaban a agitar, los cuerpos ya pegados parecían vibrar con cada latido acelerado, las manos iban tomando nuevas posiciones, un poco más arriesgadas.

Pero unos amortiguados gritos las desconcentraron del momento.

Becky y Freen miraron en dirección al escándalo, descubriéndose observadas por sus amigas que festejaban dentro de la casa.

—Bueno, parece que esto no será ningún secreto— murmuró Freen, todavía con sus brazos alrededor de la castaña.

—Definitivamente no...y eso que estaba por proponerte irnos de aquí— susurró Becky coqueta, con una sonrisa traviesa que hizo a la pelinegra tragar seco.

—Demonios...bueno, ya que nos vieron, ¿te parece que entremos?— propuso aún recuperando el ritmo normal de su respiración.

Rebecca asintió, mientras tomaba su mano y la dirigía a la puerta, donde antes siquiera de tocar se encontró con las cinco chicas recibiendolas con enormes sonrisas en sus rostros.

Por un breve momento, lo único que hicieron entre las siete fue mirarse, dos de ellas con sonrojo en sus rostros, y las cinco restantes con la emoción emanando de los poros, conteniendo los grititos agudos que de seguro provocarían los ladridos de los perros del vecindario.

—Hola Freeeeen...hola Becky...— saludó Nam con una sonrisa gigantesca.

—¿Qué hacíannnn?— preguntó Yuki con picardía en sus ojos.

Tanto Freen como Becky podían sentir sus mejillas arder ante el obvio escrutinio.

—Se estaban tardando mucho, ¿no?— agregó Noey, sin disimular su disfrute ante el bochorno de su amiga.

—Ya ya, dejenlas en paz— dijo Mind, intentando facilitar la situación —Es obvio que los besuqueos las tienen con la lengua paralizada, así que no tendremos respuestas por ahora...— agregó, provocando el estallido de carcajadas de casi todas, menos las aludidas.

—¡MIND!— exclamó Becky, completamente roja, mientras golpeaba el hombro de su amiga, para luego caminar hacia la sala con Freen pisándole los talones.

Al llegar todas a la sala, Emma y Nam se sentaron en uno de los sillones individuales, mientras Noey y Yuki se sentaban juntas en el piso, dejando el sofá de tres cuerpos a Freen, Becky y Mind.

—Ya, en serio, ¿cómo pasó? ¿Acabamos de presenciar el primer beso?— interrogó Nam ansiosa, recibiendo un suspiro de ambas protagonistas de la improvisada entrevista.

—No no Nam, ¡pregunta mejor si ya están de novias!— agregó Emma entusiasmada.

—¿Ya se aman?— contribuyó Yuki dando pequeños saltitos sentada, mientras Noey seguía riendo.

—¡Paren todas por favor!— exclamó Freen nerviosa —Chicas, ni que estuviéramos en sexto grado. No, aún no hemos hablado tanto, así que, la respuesta es no a las últimas preguntas. Y si, fue nuestro primer beso, ¡y ustedes lo arruinaron!— respondió exaltada.

Rebecca también estaba muy avergonzada por toda la situación.

Pero al mismo tiempo, sentía una alegría peculiar por estar así, compartiendo abiertamente que se había besado con Freen, sin tener miedo a que alguien la juzgara, contrario a lo que había ocurrido en la pijamada anterior, cuando se había besado por primera vez con Irin. Rebecca ahora se encontraba a gusto con un grupo de chicas al que verdaderamente podía considerar sus amigas. Estaba en un lugar seguro, sin tener que esconderse, y tomando la mano de una chica que sabía que cuidaba de ella. Alguien a quien sabía que, más pronto que tarde, terminaría amando, si es que no lo hacía ya.

Diario de una adolescente | FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora