Dolor

353 45 6
                                    

Maratón 4/4


POV Noey


Hay personas que simplemente parece que siempre tienen que cargar la mierda del mundo.

¿Saben a lo que me refiero?

Esas personas que te hacen decir "No hay mejor persona que ella", pero aún así siempre tienen que lidiar con tantos problemas que te provoca sólo querer abrazarlas y prometer que todo saldrá bien, aunque claro, uno nunca sabe.

Esa persona para mí es Freen.

Es mi mejor amiga, desde siempre.
Siempre alegre, optimista, quizás algo inocente.
Una persona con un gran corazón, que nunca mira dos veces antes de ayudar a otros.

Pero eso a veces también es el motivo por el cual termina lastimada, porque hay seres que no pueden ver tanta luz. Hay personas que necesitan apagar esa luz, para no sentirse tan mal con ellas mismas, o al menos eso pienso yo.

Cuando su madre murió, ella parecía sorprendentemente entera al respecto.
Claro, Lawan había hecho un gran trabajo preparándolas para ese momento inevitable tras muchos meses de batalla. Pero nada podía haberla preparado para quedarse virtualmente sola.

Vi como su papá se iba distanciando cada vez más de ella y Song. Como de a poco parecía desaparecer en la casa hasta que era tan solo una sombra que deambulaba por allí.

Durante semanas intenté ayudar a Freen con la situación de su padre. Muchas veces le dije que quizás ella debía llamar a alguien más, alguien que pudiera hacerse responsable de su situación, pero ella insistía en que sólo era tiempo lo que necesitaba.
Tiempo para hacer su duelo y adaptarse a la nueva realidad. Pero tras ya un par de años, lo veía improbable, y lo peor de todo, es que algo me decía que un feo desenlace era inevitable.

Cuando recibí la llamada de Freen ahogandose en llanto, una horrible sensación de comprensión me abrumó. Ella aún no había dicho nada, sólo sollozaba inconsolable, pero yo ya imaginaba qué había ocurrido.
En medio de la cena de Nochebuena corrí al hospital sin pensarlo dos veces. Por suerte mi familia ya estaba al tanto de lo que pasaba con el papá de Freen, así que no impidieron que vaya en su ayuda.

El señor Chankimha había sufrido una intoxicación severa, quedando en un coma alcohólico.

Cuando llegué allí, Freen era un mar de lágrimas, y me partió el corazón ver que el brillo de sus ojos se había apagado por completo.

Era demasiado peso sobre sus hombros.

Estuvimos varias horas allí esperando alguna noticia de los médicos que intentaban estabilizarlo, mientras mi amiga seguía acostada sobre mi hombro con las mejillas rojas y los ojos hinchados por el llanto. En algún momento de la madrugada, logré convencerla de que llame a su familia. Sabía que Song estaba con su abuela, una señora mayor a la que obviamente no quería molestar con esa noticia, así que se decidió por llamar a su tío Poom con quien al parecer se habían distanciado. No tardó mucho en llegar y abrazar a su sobrina, y yo pude notar en sus ojos las señales de la culpa, por no haber estado en contacto ese tiempo, ignorante del pozo en el que su hermano se estaba hundiendo.
Nos quedamos hasta bien entrada la mañana de Navidad, rogando por un milagro.

¿No es eso lo que nos muestran las películas acaso? Que todo es posible en Navidad...
Pero al menos ese día...no hubo suerte.

Yo tuve que volver en algún momento con mi familia, pero seguí en contacto con Freen todo el tiempo. Su padre no despertaba, seguía en coma, a pesar del lavaje de estómago y todo lo que los médicos habían hecho, aún no lograban despertarlo.

Ella fue a pasar tiempo con su hermanita y su abuela, a quien tuvo que explicarle también lo que ocurría, ya que era la madre de Lawan, y por ende no había tenido mucho contacto con su yerno desde que la mamá de Freen había fallecido.

A veces pensaba en la familia de mi amiga, y no podía evitar sentir una punzada de enojo hacia ellos.

¿Por qué la habían dejado sola?

¿Por qué no se habían percatado de lo que ocurría en los últimos dos años?

A veces damos por sentado que los demás están bien, pero no nos atrevemos a preguntar, no nos atrevemos a enfrentar la verdad.

Freen permanecía desconectada de todo, casi como si se hubiera rendido de aquella realidad que le pesaba, apenas hablaba. Debió pedir días libres en la librería para poder quedarse con su padre.

Tras una semana, Anong despertó, justo para año nuevo.

Al principio desorientado, pero al comprender dónde estaba, la angustia se hizo presente.
Cuando cruzaron miradas padre e hija, por primera vez escuché a mi amiga hablar, con una voz que demostraba su agotamiento.

—¿Sabes qué fue lo peor de perder a mamá?— preguntó mirando a Anong a los ojos, una vez que el hombre pareció haber comprendido lo sucedido —Que ese día me quedé huérfana— sentenció, dejando un silencio sepulcral en la habitación.

—Estaba lista para perder a mamá...pero no pensé que te perdería también. No pensé que estaría sola con Song...— su voz iba perdiendo fuerza mientras la tristeza la embargaba.

Pude ver como lágrimas pesadas caían por las mejillas de su padre, pero no atinaba a decir nada.

—Muchísimas noches me quedé con Song arrullandola, consolándola porque extrañaba a mamá. Es mi responsabilidad, soy su hermana mayor. Pero, cuando yo me iba a dormir, deseaba que alguien hiciera lo mismo por mí...que alguien me abrazara, que me arropara con amor como ella lo hacía. Pero cuando te veía, sólo podía ver tu tristeza por haber perdido al amor de tu vida. ¿Cómo podía atreverme entonces a pedirte algo? Si tú también sufrías...y poco a poco te fui perdiendo, y me quedé sola con el dolor. Y ahora...no sé qué hacer, porque no quiero ser huérfana, no quiero perderte definitivamente. Necesito a mi papá, necesito que me abraces y me prometas que todo estará bien...— terminó las últimas palabras ahogada en llanto, desmoronándose por completo, mientras Anong se incorporaba para alcanzarla y abrazarla.

Ambos lloraban sin mesura, sin tapujos, compartiendo el dolor y fundiéndose en el abrazo tan anhelado.

Al verlos, una pequeña chispa de esperanza se encendió en mi.

Tal vez, después de todo, este realmente sería un año nuevo.

Diario de una adolescente | FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora