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♡ Capítulo diecinueve: Algo dulce.

(Volviendo al pasado nuevamente)

15 años (Minho) 14 años (Seungmin)

Minho mentiría si dijera que no se puso triste y celoso al ver cómo Seungmin abrazaba a una de sus compañeras justo como solía abrazarlo a él, ¿era el cumpleaños de ella o cuál era la razón de aquel abrazo? Minho no lo sabía y tampoco estaba seguro de si quería saber la respuesta.

—Jisung, ¿qué debería de hacer? No me gusta sentirme así —le preguntó Minho, con una expresión afligida y una leve mueca en la boca.

—Mira, hablando desde mi gran experiencia en eso, creo que lo mejor que puedes hacer es empezar a acostumbrarte, ya sabes, no serás el único amigo de Seungmin para siempre y aunque estés enam...

—Sí, sí, lo sé. No tienes que recordarme eso —interrumpió a Jisung, quien se rio al ver el rostro enrojecido de Minho.

—Bien, entonces ya que lo sabes, debes empezar a soltarlo poco a poco. ¿No crees?

Minho asintió aún con la vista puesta en su mejor amigo y aquella chica, se dio ánimos a sí mismo y dejó de mirarlos, porque tal vez aún no estaba tan preparado como para seguir viendo aquello.

—De todas formas, sigo sintiendo como si mi corazón se estuviera rompiendo en un millón de pedazos.

—Ugh, demasiado dramático... —se quejó Jisung en voz baja. Minho lo miró mal—. Digo, no tienes que preocuparte tanto hermano, después de todo, tú seguirás siendo su mejor amigo. Así que tranquilo.

—Cierto, seguiré siendo su mejor amigo... —sonrió de lado, la sonrisa más abatida que Jisung había visto toda su vida—. Pero, ¿cómo puedo hacer que ya no duela?

Jisung lo pensó un poco, estaba intentando recordar cómo era que él había superado un poco cuando pasó por esa situación, pero realmente no recordaba algo con exactitud.

—¡Quizá te sientas más feliz comiendo algo dulce junto a Seungmin!

—¡Claro, esa es una gran idea! —le respondió Minho, esta vez con una sonrisa verdadera, aunque en unos momentos se borró—. Sólo tengo que esperar a que Seungmin venga conmigo.

—Vamos, quita esa cara, Minho —Jisung tomó su mano y se lo llevó a cualquier otro lugar en donde no pudiera ver a Seungmin.

Caminaron hasta la sala de cómputo de su escuela. El de mejillas bonitas creyó que quizá jugando jueguitos en internet Minho podría olvidarse por un rato del hecho de que Seungmin estaba con una chica.

—Podríamos jugar aquí... Mira —comenzó a buscar entre los miles de juegos que había en aquella página de internet. Al final terminó por elegir uno al azar—. ¿Te parece si jugamos éste?

Minho no tuvo más remedio que aceptar, ¿qué más podía hacer?



( ♡ )



Más tarde, cuando estaban de vuelta en el salón para recoger sus cosas e irse a casa, Seungmin finalmente regresó con Minho, aunque tenía un semblante algo triste lo que hizo que el mayor se preocupara un poco (demasiado en realidad).

—¿Qué ocurrió, Minnie? ¿Todo está bien? ¿Alguien te m-...? —no pudo terminar su pregunta, pues Seungmin ya lo estaba abrazando.

—Sólo te extrañé demasiado.

Minho quería llorar.

—¿Sí? Yo te extrañé mucho más, Seungminnie —dijo mientras recargaba su mejilla en el hombro del castaño, viendo como la mayoría de sus compañeros salían del salón de clases ya con sus mochilas puestas.

Duraron algunos minutos así, escuchando sus tranquilas respiraciones, antes de separarse para comenzar a recoger sus cosas.

—Seungmin... ¿Tú quieres ir a comer algo dulce? —preguntó Minho una vez que estuvieron fuera de la escuela. Un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo al sentir el aire helado que estaba haciendo aquel día.

—Suena bien. ¿Qué te parece si vamos por donas y chocolate caliente? —respondió Seungmin mientras se ataba correctamente los cordones de sus zapatos. Al levantarse, notó que su amigo temblaba un poco debido al frío—. Aunque tal vez deberíamos regresar a casa primero. Necesitas abrigarte más...

Seungmin se dio cuenta muy tarde de que podía prestarle a Minho la chaqueta que llevaba puesta.

—Está bien, puedo soportarlo, no hace demasiado frío —el mayor mintió. Seungmin lo miró brevemente a los ojos y Minho apartó la vista un momento—. De acuerdo, tengo frío. Volvamos a...

Las palabras de Minho se vieron interrumpidas, pues de repente sintió algo cálido cubrir su espalda. Luego se quedó inmóvil cuando notó lo cerca que tenía a Seungmin.

—Um... Yo... —Minho intentó hablar, sin embargo, estaba un poco nervioso y nada podía salir de su boca.

Las manos de Seungmin se movieron lentamente para ayudar a Minho a que se colocara la chamarra de forma adecuada, luego subió poco a poco el cierre y por fin pudo prestarle completa atención al rostro de Minho, el cual estaba bañado en un tono rosita.

—Uh, gracias, Seungminnie. Estaba por morir congelado —tomó la mano del chico y comenzaron a caminar hacia su cafetería favorita—. Pero... ¿Tú no tendrás frío?

—No lo sé, tal vez si me abrazas durante el resto del camino no podré tenerlo —Seungmin se atrevió a decir, poniendo su vista en cualquier lado que no fuera su amigo.

Minho sonrió ampliamente y se puso delante del castaño para abrazarlo.

—Sólo cuida que no caiga, por favor —pidió el mayor.

Seungmin asintió con alegría y pasó sus brazos alrededor de Minho, y así caminaron durante todo su trayecto hasta llegar a la cafetería, sintiendo sus corazones cálidos luego de haber pasado la mayor parte del día separados.

Estar así era algo dulce, aún más dulce que comer un millón de donas y galletas de chocolate.


¡Qué bonito es el amor! (m ghostearon y sólo creo en el amor por lo que escribo)

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¡Qué bonito es el amor! (m ghostearon y sólo creo en el amor por lo que escribo)

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