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Capítulo ocho: Magia.

16 años (Minho) 15 (Seungmin)

Definitivamente las vacaciones de verano iban a ser las mejores ese año.

El señor Lee llevaría a Minho, Minhyun y a Seungmin a la playa por una semana completa, sólo los cuatros y nadie más.

Algo que había estado esperando Minho desde mucho tiempo atrás, quería ir con Seungmin, pues anhelaba poder mostrarle al menor lo hermosa que era la playa. Minho quería enseñarle a Seungmin el mar, que pudiera sentir la arena bajo sus pies y la brisa del océano en su cabello, y que juntos pudieran admirar el mágico espectáculo que ofrecía el atardecer en el horizonte.

Oh, Minho no podía dejar de imaginarse cómo sería caminar en la arena de la mano con Seungmin, mientras veían el atardecer y el viento pegando en sus rostros... Sería tan perfecto todo.

—Valió la pena rogarle durante un mes entero a tu mamá para que te diera permiso de venir. ¡Mira qué lindo está el clima hoy! —dijo Minho señalando el paisaje soleado.

Seungmin asintió mientras observaba la brillante sonrisa de Minho, tan feliz y bonito como siempre, y estaba por decirle todo aquello, pero una voz lo interrumpió.

—¡Minho! ¿Puedes despertar a tu hermano y decirle que ya llegamos? Oh y ayúdenme a llevar sus maletas adentro, por favor —les pidió el padre de Minho, para luego contestar una llamada.

—¡Por supuesto! —le respondió.

Minho y Seungmin caminaron de vuelta al auto y mientras el mayor despertaba a Minhyun, Seungmin bajaba las maletas de la cajuela con una pequeña mueca de tristeza por no haber podido decirle a Minho lo lindo que se veía.



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Más tarde, se encontraban en la orilla del mar, sentados cómodamente en la arena. Escuchaban el tranquilo sonido de las olas.

—No estaba soportando la escuela, sólo quiero dormir y dormir, y volver a dormir y soñar... Ah, Seungminnie, me sentía tan cansado.

—Definitivamente necesitabas unas vacaciones, los últimos días babeabas y hasta roncabas en las clases.

—¡Mentiroso, yo no ronco! —se quejó Minho con un pucherito en los labios.

—Bieeen, si tú lo dices —le respondió Seungmin mientras reía.

Lindo.

Los ojos marrones de Seungmin brillaron con tanta alegría bajo la puesta del sol y Minho no pudo evitar perderse en ellos, en lo mágico y precioso que lucía el menor en ese momento.

Tal vez era que Seungmin tenía todas las perlas del mar en sus ojitos bonitos. Minho estaba fascinado por lo resplandeciente que era, además, el cálido brillo en su mirada era tan reconfortante como el sol en la piel. El corazón de Minho dio un vuelco y latió con rapidez contra su pecho, en su garganta ciertas palabras rogaban por querer salir hasta que Minho no pudo resistir más.

—Hey... Seungmin...

El chico se giró para verlo, prestando atención al rostro sonrojado de Minho, que posó su mano sobre la de Seungmin.

—Te amo.

El extraño cosquilleo en el estómago de Seungmin apareció nuevamente, una sonrisa se extendió por sus labios y notó como el rosado de las mejillas de Minho se intensificaba, pero antes de que pudiera responderle algo, Minhyun llegó corriendo hacia ellos y lo interrumpió.

—¡Oigan, mocosos, vengan a comer ya!

Y Seungmin otra vez no había podido decir nada.



<3



La semana se pasó rápida, entre lugares a los que iban de visita y salidas a la playa en donde Minhyun, Seungmin y Minho se la pasaban jugando como los adolescentes que eran.

Era su último día de estadía en ese lugar, ya habían empacado todo de nuevo y habían limpiado, por lo que el señor Lee les dijo a los chicos que disfrutaran el resto del día tanto como pudieran en lo que él se encargaba de hacer comida para ellos e ir comiendo en el camino de regreso a casa.

—Iré a ver si papá necesita ayuda con algo, ¿de acuerdo?

Fue lo que dijo Minhyun antes de comenzar a caminar hacia la casa de verano en la que se habían quedado.

—¿Te gustó el viaje, Seungmin-ah? —preguntó Minho mientras recorrían la orilla del mar. Estaban tomados de la mano, justo como lo había imaginado.

—Por supuesto que sí. No puedo estar más feliz. El sol resplandeciendo así, junto con el sonido de las olas y el viento soplando para refrescarnos. Es como si en este lugar hubiera magia, ¿no crees? Gracias por traerme aquí, Honnie.

Tal vez, pensó Minho, en realidad la magia estaba en Seungmin, en sus ojitos cafés, en su dulce sonrisa, en ese momento, que hacía que todo lo demás desapareciera y sólo quedaran ellos dos compartiéndose esa calidez el uno al otro.



Este capítulo es muy bonito

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Este capítulo es muy bonito. Sólo deseo poder ir de vacaciones con alguien q me quiera como Minho quiere a Seungmin (llanto) 

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