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Capítulo veinte: Besitos sabor a chispas de chocolate.

Kim Seungmin; probablemente el chico más tierno y adorable que Minho había conocido en toda su vida, ese que había sido su amigo desde que eran tan pequeños, sí, ese chico del que estaba tan enamorado, ahora estaba a escasos centímetros de su rostro haciendo que su corazón se agitase con fuerza dentro de su pecho.

—Seungmin... —habló el pelinegro casi en un susurro, su voz había salido tan baja que, de no ser porque había tanto silencio en la habitación, quizá Seungmin no lo habría escuchado.

—Uhm, Minho, lo siento. Yo no quería... —dijo alejándose rápidamente de él, su cara estaba tan roja como un jitomate y un ligero temblor era notorio en su voz.

—No te preocupes, todo está bien, ¿sí?

Seungmin asintió unas cuantas veces con una sonrisa muy apenada, mientras tanto, Minho no podía dejar de pensar en qué hubiera pasado si tan sólo se hubieran acercado un poco más.

—¿En... en qué nos habíamos quedado? —preguntó Seungmin, intentando no mirar a su amigo, sus manos nerviosas acercando su computadora de vuelta a sus piernas.

Pero, ¿qué era lo que había pasado antes de todo eso?




Estaban a menos de una semana de por fin concluir el largo semestre, toda la escuela era un caos total, había gente por todos lados preparando cosas para los de último año, la institución solía hacer eventos demasiado grandes para que los que se graduaban, pues querían que lo recordaran de la mejor forma.

—Aún no puedo creerlo, debiste decir que no, era el trabajo de ese idiota...

—Sabes que yo no...

—Lo sé, lo sé. Sé lo mucho que te cuesta decirle que no a la gente, pero... ugh... ¿Al menos te va a pagar? —preguntó Minho, Seungmin dio un pequeño asentimiento de cabeza como respuesta—. ¿Cuánto?

—Setenta mil... —respondió en voz baja, posando su vista en otro lado.

—Bueno, al menos el estúpido no se aprovechó de ti. Ay, quiero ir a golpearlo en este mismo instante, cuando vea a Hyunjin va a ser hombre muerto.

—No es mucho, sólo es...

—Por supuesto, no es mucho, sólo es una presentación de los perfiles de más de doscientos estudiantes. ¿Cómo se supone que vas a terminar eso tú solo en menos de 5 días? —no dejó siquiera que Seungmin pudiese contestar porque continuó hablando—. ¡Ya sé! Voy a ayudarte. Es más, vamos a tu casa en este mismo instante.

—Yo no creo que... Es que, sí hay prisa, pero no tanta, puedo iniciarlo mañana por la mañana.

—Sí, tienes razón. Entonces, mañana estaré frente a tu puerta a las 8:30, ¿de acuerdo?

—Claro —dijo Seungmin para después sonreírle, realmente no podía agradecer más el haber conocido a Minho.





Al día siguiente, fue a abrir su puerta exactamente a la 8:30 de la mañana, encontrándose con su mejor amigo aún con su pijama puesta y una mochila en la que seguramente traía su laptop. Se veía demasiado lindo.

—Hey, Seungmin-ah. ¿Me estás escuchando? Hace frío acá afuera, ¿me dejarás pasar? —preguntó Minho y Seungmin salió de su pequeño trance.

—Oh, cierto, lo siento. Pasa —respondió y se hizo a un lado para que Minho entrara.

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