Blue Queen [#2] [+21]

Capítulo XXVII

Capítulo 27 |"Charla" 🗣️|

Aleska.

Londres.

Salgo del baño de uno de los cuartos que nada más viendo por encima sé que es el de Death.

Tomo una camisa negra y la paso por encima de mi cabeza, si le molesta pues que mal, ya la tengo puesta, muy tarde.

La curiosidad pica en mis dedos y decido registrar el cuarto. Abro el armario, los cajones, debajo de la cama.

Solo hay cartas, dados, juegos, botellas, nada sorprendente. Aunque de hecho si hay algo sorprendente, no hay ropa de mujer, lo que quiere decir que alguien dejó de ser un puto, o bueno al menos en la casa no.

Satisfecha con mi respuesta registro sus perfumes hasta encontrar uno que me guste para echarmelo. Me sabe a culo oler a hombre mientras huela a algo me sirve.

Salgo de la habitación finalmente y bajo las escaleras para buscar a Aranza. Genial, no hay nadie en la sala, paso por el laberinto de pasillos y sinceramente ya ni sé que estoy buscando porque creo que me perdí.

—Bueno, hay dos opciones, gritar o dormir aquí—hablo conmigo misma cuando creo que ya recorrí este pasillo por quinta vez.

Malditos ricos y sus cosas. Sigo caminando aunque ya sé que va a pasar, otra vez el pasillo oscuro, luego paso a otro pasillo llego a una especie de oficina y me vuelvo a perder.

Paso por el pasillo oscuro y vuelvo a rezar para no escuchar una voz o algún sonido. Joder que si escucho algo me hago pis encima. A ver qué sé pelear, defenderme, matar, pero eso de hablar con espíritus no es lo mío.

—Los espíritus no existen, no existen, son un mito—resoplo.

—¡Alesk...—me volteo propinandole un puñetazo a lo que sea que haya gritado escuchando un gemido de dolor.

Las luces se encienden y veo a Aranza sosteniendo su nariz para evitar el sangrado.

—Oh mierda, lo siento tanto—corro a ayudarla.

—Tranquila—sonríe limpiando la sangre con su camisa.

—Me perdí y no sabía a dónde se fueron—intento explicar mientras la ayudo a limpiar la sangre.

—Los chicos arreglando lo del funeral, yo te estaba esperando.

Le tiendo una mano ayudándola a levantarse.

—De veras lo siento, estoy paranoica y quizá cayendo cada vez mas en la locura.

—Es entendible, también ando algo perdida pero creo que sí nos quedamos en una habitación sería mejor—ríe y yo asiento de acuerdo.

Me guía a la entrada y ambas subimos a una de las habitaciones que al parecer no pertenece a ninguno de los chicos porque está vacía.

—¿Y bien? ¿Qué ha sido de tu vida?—me pregunta apoyándose en el respaldo de la cama.

Casi rio pero no lo hago para no ser irrespetuosa. ¿Qué ha sido de mi vida? Por dónde empiezo, quizá cuando mandé a la mierda a tu hermano por un violador enfermo. Un excelente inicio.

—Mmm nada interesante—me encojo de hombros.

Ni siquiera sé que tanto está involucrada en el bajo mundo. Quizá le diga algo y probablemente con lo salada que soy la cague.

—¿Nada? ¿Tú también? Tiene que ser una broma—se tapa la cara con las manos.

Me remuevo un tanto incómoda antes de sentarme a su lado.