Blue Queen [#2] [+21]

Capítulo LXVII

Capítulo 67 |"En las garras del alacrán" 🦂|

Aleska.

Dubái.

Siento mis extremidades pesadas y mi cabeza palpita terriblemente como un latido constante avisándome del peligro. Una alerta.

Intento recordar qué pasó y todo llega a mi cabeza...

§

Estamos haciendo una fogata para poder pasar el tiempo, Diego y Hans se ofrecieron a ayudarme, el primero solo quiere saber el chisme completo y el segundo está preocupado por mi bienestar.

Observo cómo Death está en una ventana y le sonrió antes de seguir en lo mío, obvio que no sé encender correctamente una fogata pero algo es algo.

—Oye enano, pásame la...—mis palabras se cortan cuando escucho un fuerte pitido.

Intercambio una mirada con Hans y mi cuerpo abraza el de Diego sin pensarlo mucho justo a tiempo para que la explosión me saque volando.

Mi cabeza pita y mi vista se hace borrosa por el sonido, pero hay algo más, me siento débil y mareada como si estuviera drogada.

El cuerpo de Diego cae sobre el mío y retengo el quejido. Mi mente se nubla y no veo nada solo colores raros y todo se mueve.

Alguien intenta quitarme a Diego pero lo aferró a mí, hago lo posible para que no se lo lleven pero estoy mareada, mucho y todo da vueltas, ¿el explosivo tenía una droga?

Cuando veo la máscara antigas del tipo lo confirmo intento dar alguna batalla pero no puedo y todo se vuelve negro...

§

Mis párpados están cansados cuando intento abrirlos y aún así lo intento hasta lograrlo. Intento ser consciente de mis propios sentidos, primero muevo mis labios, luego mis manos y me tenso cuando no puedo, están atadas. Intento lo mismo con mis pies, están atados.

Mi vista borrosa se enfoca dejándome ver en dónde estoy, está demasiado oscuro, no puedo ver si quiera alrededor mío. Está literalmente todo en negro y eso me hace poner alerta.

El olor era insoportable, cómo a ácido pero en extremo fuerte. Los recuerdos de cómo ocurrió todo llegan en secuencia a mi mente y quiero llorar pero no lo haré, no demostraré debilidad de nuevo. Y tampoco puedo hacerles saber de mi pequeño.

Porque está vez en serio no puedo morir, si yo muero mi bebé también y eso no pasará.

Espero largos minutos u horas no lo sé, espero y solo espero que ellos lleguen a tiempo. Que no me dejen justo ahora, que no nos dejen.

La puerta suelta un fuerte chirrido y tengo que entrecerrar mis ojos adaptándome al rayo de luz. Una luz se enciende también sobre mi cabeza, es un bombillo de luz amarilla y tenue.

Parpadeo para adaptarme y casi quiero no hacerlo cuando misd ojos se enfocan en esa sonrisa retorcida y esos ojos verdes vacíos. Amo los ojos verdes, cómo los eléctricos de Theo que me dan una chispa de vida cada que los veo, o los verdes claros de Dean que me dan una tranquilidad y un rayito de luz a mi corazón, o el verde de Ashton que es como la tranquilidad de un bosque de día, o los de Asher que a pesar de ser del mismo color de los de Ashton son más lluviosos, como una tarde de café mientras lees tu libro favorito con lluvia de fondo, pero los de Mason...los de él son un verde. Solo eso, un verde vacío, sin emoción, simplemente son unos ojos que no transmiten nada de lo dañados que están.