Capítulo XXVIII

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Capítulo 28 |"La moneda en el funeral" 🪙⚰️|


Aleska.

Londres.

Sombrío, así se puede definir el día de hoy. Desde que me levanté estaba lloviendo, y no cualquier lluvia ya que minutos después dijeron que era una tormenta eléctrica.

Los chicos andan corriendo a todos lados haciendo los preparativos del funeral y yo...bueno yo existo.

En realidad quise ayudar pero me dijeron que no era necesario. King salió hace unos diez minutos a comprarme algo de ropa en su centro comercial.Así que estoy esperando a que llegue para vestirme.

Aranza había estado llorando todo el día y Aleixander aunque sabía que tenía ganas de llorar no lo haría frente a su hermana.

Y los niños incluyendo a Hans y Liam aún están durmiendo.

—Mon Amour, ¿me quieres ayudar con el desayuno?—pregunta Dean y yo asiento caminando hasta la cocina.

Dentro estaban Asher y Alek ayudando a....¿Cocinar?. Eso no se ve con buen aspecto.

—¡¿Qué haces con el queso?!—grita Dean y creo que está apunto de asesinarlos.

—Me dijiste que lo cortara—se excusa Asher.

—Así no se corta el queso, ese ni siquiera es el cuchillo del queso—mira con decepción el trozo de queso.

—Ven pecas, te ayudaré—me coloco frente a la encimera.

Le indico cómo se debe picar para que a Dean no le de un paro cardíaco y mientras le explico escucho las suaves pisaditas de Atlas que ya había aprendido a reconocer.

—Buenos días, mi amor, estoy en la cocina—grito porque de seguro debe estar desorientado.

Los tres hombres en la cocina dejan lo que están haciendo para verme fijamente mientras yo me limpio las manos para recibir a Atlas.

Él entra a la cocina con su cara de culo mañanera y tomando a Uriel de la mano.

—Buenos días bebé—saludo a Uriel y el alza sus bracitos tambaleándose.

Río cargandolo y dejó un sonoro beso en su mejilla antes de hacer lo mismo con Atlas.

—Buenos días—saluda Atlas restregandose los ojos.

—¿Dormiste bien?

Se encoge de hombros y camina hasta las sillas sentándose.

—Bebe, él es Alek, te va a cargar mientras mami prepara la comida—le aviso al pequeño bebé que mira fijamente a Alek.

—¿Qué yo qué?—me mira con los ojos abiertos.

Pongo a Uriel en sus piernas y él empieza a curiosear sus facciones.

—Hola pequeño—lo agarra de la espalda y su otra mano despeja la maraña de cabello marrón que cae por su frente.

—Hola—sonríe Uriel pasando sus pequeñas manos por el cabello de Alek.

Suspiro preparándome mentalmente antes de hablar.

—Sé que no hemos podido hablar mucho pero, lo siento Alek, por llevarme a tu hijo, no tuve porque hacerlo, pero ya no te lo voy a devolver, de hecho...—carraspeo—. Si estás de acuerdo me gustaría ser la madre de Atlas—susurro apresurada.

Él se me queda mirando fijamente y asiente.

—Está bien, Muñequita, más bien gracias por sacar a Atlas de ese infierno, si él está de acuerdo con que tú seas su madre, no hay problema.

Blue Queen [#2] [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora