Capítulo LVIII

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Capítulo 58|"Embarazada"🤰🏼|

Aleska.

Isla Queen/Reino Unido.

En el top de cosas que jamás creí que pasarían está, número 1: tener un pingüino. Número 2:viajar a la luna. Y tres: yo levantarme temprano por voluntad propia.

Claro que aún no logro las 2 primeras pero la tercera no creí que pasaría jamás. Y acá estoy, levantándome a las cuatro de la mañana porque quiero un hot Dog chorreante de mayonesa y grasa acompañado de un dulce jugo de manzana.

Tenemos muchos problemas, empezando con que salir del agarre de ellos sin despertarlos es cómo una misión de espías secretos o ninjas. Pero agradezco tener la ventaja de moverme más que un gusano cuando duermo.

Me retuerzo hacia abajo y cuando Hades se mueve tengo que hacerme la dormida. Espero un minuto antes de volver a mi tarea de escape. Después de unos tortuosos y largos minutos logro salir de la cama.

Suspiro mirandolos a todos durmiendo en la cama.

—Aww—sonrio tomandoles una foto antes de caminar en puntitas.

Abro la puerta con sigilo y ni siquiera la cierro para no hacer ruido. Bajo las escaleras casi corriendo hasta llegar a la impecable cocina de Dean.

Muy bien, ¿Por dónde se inicia? No lo sé pero supongo que lo primero el buscar los panes.

Lo hago y luego saco las salsas antes de buscar una olla, llenarla de agua y meter las salchichas.

—¿Qué putas?—empiezo a buscar el encendedor de la cocina y no hay nada.

No tiene si quiera los botones para encender. Es literalmente una superficie plana sin más nada.

Empiezo a tocar la superficie de la cocina hasta que suena un mini pitido y salen millones de opciones en el teclado táctil.

—Me tienes que estar jodiendo, ¿Qué mierda?—trato de leer para buscar donde encender la maldita cosa.

Hay un botón que dice zanahoria ¿Qué putas en serio?

Renuncio. Dejo la olla sobre el mesón mientras llevo mis manos a mi cadera pensando qué hacer. Tengo hambre.

Pero no sé cómo mierda cocinar, y tampoco me voy a comer el hot Dog con solo salsa. Eso no.

La única opción es...subo las escaleras y entro por la puerta abierta en puntitas. Camino con cuidado hasta la cama hasta que localizo su cabello dorado.

Toco su hombro dos veces y nada. Lo muevo con un poco más de fuerza.

—Dean—susurro-grito.

Muevo de nuevo su hombro con mucha más fuerza. Maldito principe que duerme como si estuviera muerto.

—Dean, maldición.

Pongo mis manos en su pecho y hago presión. Él frunce el ceño y luego vuelve a su estado de hibernación.

—¡Dean!—susurro más fuerte.

Lo muevo usando todo mi peso. Suelta un quejido y se quita mis manos de un manotazo dándose la vuelta.

Suelto un gruñido frustrado y me agacho tapando su boca mientras llevo mi mano a su nuca y presiono entre su hueso y su carne.

Eso lo hace abrir los ojos de golpe y su grito queda ahogado en mi mano. Veo sus intenciones de mandarme al otro mundo y tomo sus mejillas para que enfoque mi cara.

—¿Que...—frunce el ceño somnoliento.

Sus párpados empiezan a cerrarse de nuevo y casi quiero gritar. Le doy dos palmadas en la mejilla con molestia.

Blue Queen [#2] [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora