Blue Queen [#2] [+21]

Capítulo XVI

Capítulo 16|"Restaurante" 👩‍🍳|

Maratón 2/3.

Aleska.

Luxemburgo.

Estábamos entrando al restaurante, los mesoneros nos ofrecieron la terraza para poder comer y yo estaba feliz de que fuera al aire libre.

—¿Entonces les dejo una mesa en la terraza?—pregunta el chico para confirmar.

—Si, por favor—sonrío amable y el chico me devuelve la sonrisa.

El agarre de Ethan en mi cintura se aprieta y casi ruedo los ojos.

—Estoy siendo amable, no jodas—le reclamo entre dientes para que el chico no escuche.

—Muy bien, entonces esperen un segundo a qué vengan a anotar su orden, pueden escoger la mesa que gusten—nos señala la terraza.

—Gracias—agradezco y camino junto a Ethan para tomar una mesa.

—¿Es en serio?—se queja al sentarnos.

—Se llama amabilidad.

—A la mierda la amabilidad, te estaba viendo las tetas no la cara.

No le contesto y finjo demencia leyendo el menú.

—Buenas noches, ¿Ya tienen su pedido?—llega un nuevo mesonero y me mira esperando para anotar.

—La especialidad de la casa y de beber vino tinto—pido y le entrego la carta que ya no necesitaré.

—Muy bien, ¿señor?—le pregunta a Ethan sin mirarlo y creo que él ya está planeando las mil formas de degollarlo.

Le lanzo una patada debajo de la mesa y el aprieta la mandíbula.

—Lo mismo—refunfuña entre dientes.

El chico asiente despidiéndose y levanto los lentes mirando mal a Ethan.

—Compórtate.

—Aja—se queja cruzándose de brazos.

Esperamos unos treinta minutos y me empiezo a desesperar, se supone que ya deberían haber traído mi comida y tengo mucha hambre.

Mujer + hambre = mujer furiosa.

—Quédate aquí, iré a ver qué ocurrió—me levanto sin dejar lugar a quejas y camino hasta donde se encuentra el área de bebidas.

Me apoyo sobre la barra y espero a que los dos chicos que atienden en él bar se den cuenta de mi presencia.

—Hola linda, ¿se te ofrece algo?—pregunta uno de ellos al percatarse de mi presencia.

—Si, de hecho llevo esperando por un vino tinto desde hace media hora y mi esposo y yo queremos saber que ocurrió—recalco la palabra esposo.

—Mmm sí acá está, es solo que tenemos muchos pedidos, ya mismo le llevaremos el vino—me responde amable el otro bartender.

—Gracias—sonrió y camino hasta donde se encuentra la cocina.

Las miradas se dirigen hacia mí y no solo porque voy a la cocina sino por mi llamativo cabello.

—Señorita, ¿tuvo un problema con la comida?—pregunta el señor que está parado frente a la puerta.

—De hecho sí, llevo esperando media hora, yo me tardo una hora en comer, y tengo cosas que hacer antes de las nueve.

—Espere un momento que hable con el encargado—me deja esperando y entra a la cocina a lo que supongo es hablar con el encargado.