Capítulo LXVIII

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Capítulo 68 |"Castigo de vida" ⛓️|

Aleska.

Dubái.

Horas, eso es exactamente lo que llevo aquí, horas. Horas y ya me arrebataron todo lo que logré construir con sangre y esfuerzo durante unos largos seis años.

No han vuelto a entrar aquí. Pero me estoy muriendo del frío y estar paralizada combinado con la perdida de sangre me tiene mareada. Probablemente tenga fiebre.

Mis párpados empiezan a cerrarse nuevamente cayendo en el limbo de la inconsciencia. Un líquido frío quema mi piel y tengo que abrir los ojos por el ardor de mi cuerpo que empieza a temblar.

—Hola, hola, hora de despertarse—la cara de Emma queda a centímetros de la mia.

Los cubos de hielo sobre mi piel arden mientras se derriten y mi cuerpo sufre espasmos tratando de sacarlos de mi cuerpo. Me duele tanto todo y no puedo más con todo esto.

Hace presión en las heridas de mi cadera y evito gritar aunque me saque sangre de la lengua. Clava su rodilla en mi muslo y tengo que mantener la calma. «Que no la ponga en mi estómago, por favor».

Mis labios tiemblan cuando clava sus uñas intactas en mi muñeca destrozada y abre los grilletes. Mis brazos están adormecidos cuando caen en la cama y solo siento como ajusta un collar en mi garganta. Ajusta el hierro y siento las ganas de toser inundarme.

—Intenta moverte y te voy a electrocutar, perra—levanta un pequeño control que apenas y puedo enfocar.

Maldición. Otra vez este collar no. Esto es una tortura, cuando hago algo que no debo lanza una corriente que me deja paralizada durante minutos u horas depende del voltaje.

Se levanta y mi vista recae en el cuerpo que está en la pared frente a mí. Diego está dormido o eso creo, sé que es él por la mata castaña desordenada. Tiene varios moretones en el torso y tengo que morderme la lengua para no decir nada.

—Vamos irás a comer las sobras—se burla.

Me levanta y mis piernas tiemblan cuando mis pies magullado tocan el piso. Me quedo quieta y miro fijamente a mi hermano, Emma hace lo mismo y alza una ceja.

—Tranquila, los guardias lo van a cuidar muy bien—sonríe despiadada.

Niego con la cabeza con frenetismo, que se vaya al infierno si cree que lo dejaré aquí solo.

Abre sus asquerosos labios para decir algo pero la puerta se abre de un solo golpe dejando entrar a una bonita chica pelirroja. Lleva un abrigo largo y sus manos se abren y cierran con nerviosismo.

—¿Y tú qué carajos haces aquí? Este no es tú territorio, chica—le grazna Emma.

—Mason me envió a...a darle algo para cubrirse—tartamudea.

—¿A ti?—la mira condescendiente—. Cómo sea, pero recuerda tú estúpido lugar, solo eres su hermana adoptiva no intentes joder en la mafia—clava su uña roja en su pecho—. Ya sabes cómo terminó para tí una vez. Haz que suba a tiempo no quieres enojar a tu hermano.

Me lanza una mirada de asco antes de salir dejándome con la hermana adoptiva de Mason. Genial, vamos por excelente camino.

—Hola—me da una pequeña sonrisa.

Blue Queen [#2] [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora