11. Morder

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Su mente iba a mil por hora. No había podido pegar ojo en toda la noche.

Después del intercambio de mensajes con Violeta no había vuelto a hablar con la pelirroja. Por un lado, tenía miedo, no confiaba en que si la conversación volviese a tomar un rumbo peligroso ella fuese capaz de comportarse. Por otro lado, tenía tantas cosas en la cabeza que tampoco sabría como empezar una conversación con ella.

Se había puesto algo de música mientras miraba el paisaje por la ventanilla del tren que la llevaba a ella, Omar y Ruslana a Barcelona. No había tenido suerte, ni Stevie Wonder había conseguido acallar su cabeza.

¿Estaba haciendo la carrera indicada? ¿Debería haberle hecho caso a Nicole e ir a la ESMUC? ¿Debería estar viviendo con Ruslana y Martin? ¿Su amistad con Violeta es tan indefensa como ella cree?

No sabe cómo, pero de repente estaba en Barcelona con una maleta en su mano izquierda y devolviendo el saludo a su novia con la derecha. Nicole corría hacia ella con una sonrisa radiante que contagió a Chiara al segundo. En cuanto la tuvo delante no le dio tiempo a decir nada y juntó sus labios en un beso.

Un beso que en cualquier momento habría sido lo único necesario para que todas esas dudas se disiparan y no quedara ni rastro de ellas. Lo deseó con todas sus fuerzas, cerró los ojos con la intención de disfrutar de los labios de su novia mientras intentaba dejar su mente en blanco y poder por fin relajarse. Nicole siempre había conseguido que todos sus pensamientos se eliminasen.

Esta vez un beso no fue suficiente.

- Bueno, bueno, que estamos en un lugar público – dijo Ruslana rompiendo el momento entre Chiara y Nicole.

- Si que me echabas de menos – dijo Nicole guiñándole el ojo a Chiara.

Esta saludó a Ruslana y Omar y se dirigieron a su coche. Primero hicieron un parada en la casa del amigo de Omar donde se quedarían él y la pelirroja y continuaron hasta el piso de la rubia. Una vez allí Chiara conoció a la compañera de piso de su novia, la cual había visto alguna vez por videollamada, pero nunca en persona.

- Bueno, Marina, todo muy interesante, pero voy a disfrutar un ratito de mi novia que hace mucho que no nos vemos – dijo Nicole con picardía mientras conducía a Chiara hasta su habitación.

En cuanto llegaron a su cuarto, Chiara se dejó caer en la cama y se permitió cerrar los ojos unos segundos. Necesitaba respirar un poco y calmarse. Nicole había sentido el malestar de su novia desde que la vio en la estación, por eso supo que necesitaba unos segundos de tranquilidad.

- Amor, ¿estás bien? ¿Quieres que te deje sola un rato? – preguntó Nicole reconociendo el estado de Chiara y recordando lo que otras veces ha necesitado.

A Chiara se le encogió el corazón con el tono de preocupación de su novia. Había ido a verla para recuperar lo que tenían al principio de su relación y sumergiéndose en su cabeza desde luego que no lo iba a conseguir. Por eso decidió apartar todos sus pensamientos. Problemas para la Chiara del lunes, ahora a disfrutar. Se incorporó un poco y abrió sus brazos esperando a que Nicole captara sus intenciones. Esta lo hizo y se tiró encima de Chiara dejándose abrazar por ella.

- Estoy bien, ahora mejor – dijo dándole un beso en la frente – tenía muchas ganas de verte, Nic.

- Yo a ti también – dijo Nicole sintiéndose aliviada por el cambio de actitud de su novia - ¿te has traído disfraz para mañana?

- Sí, voy de vampiro que es lo único que pude encontrar – dijo Chiara dejando caricias en la espalda de Nicole.

- ¿Vampiresa hot? – preguntó Nicole levantando la cabeza y mirando a su novia con una sonrisa sugerente.

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