8. La casa I: Únicamente suya

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Chiara no podía creerse que ya hubiese pasado un mes desde que se mudó a Madrid. Para ella se sentía como si hubiesen pasado dos días y a la vez dos años. Por un lado, se le había pasado volando el tiempo, pero por otro habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo que sentía que había vivido toda una vida en un mes. Es por ello que no podía evitar mirar a sus nuevos amigos y sentir que se habían convertido en parte de su familia.

Esa semana habían decidido pasar el finde en la casa de los abuelos de Omar aprovechando que tenían una casa bastante grande a las afueras de Madrid. En un principio solo iban a ir Ruslana, Martin y Chiara, pero este insistió en que invitaran a todos sus amigos también ya que la casa era lo suficientemente grande para todos. Por esa razón ahora se encontraban todos sentados en el salón de Omar repartiendo habitaciones.

-       A ver hay 4 habitaciones y varios sofás en el salón, que a mí no me importa dormir en alguno, son bastante cómodos – dijo Omar

-       Ni de coña, tú y yo tenemos una habitación para nosotros dos solitos – dijo Ruslana pegándole en el brazo.

-       Vale, a mí no me importa coger un sofá – dijo Bea – twinka ¿qué me dices?

-       Salón it is – dijo Álvaro aceptando la proposición de Bea

-       Vale pues quedan 3 habitaciones, Vio y yo podemos compartir – dijo Denna apenada porque aprovechar a estar con Alex

-       A ver, vamos a ser sinceros – empezó Violeta – en algún punto del finde vas a acabar en la habitación de Alex así que vamos a saltarnos esto. Yo comparto con mi Juanji, tú con Alex y Kiki y Martin juntos.

Una vez estaban todos instalados en sus respectivas habitaciones habían decidido pasar el día en la piscina. Habían empezado con unos cuantos partidos de Voley, música y alguna que otra cerveza. Ahora ya había anochecido, pero seguía haciendo bastante calor por lo que seguían en el mismo espacio.

Ahora Denna, Álvaro, Bea y Juanjo estaban jugando a las cartas. Alex, Martin y Omar jugaban al baloncesto en la cancha improvisada del jardín. Violeta llevaba un rato intentando mantener el foco en su lectura, pero no podía evitar mirar a Chiara y Ruslana que no paraban de tirarse a la piscina haciendo mortales y demás piruetas que en su mente eran bastante peligrosas.

-       Oye por favor, que no quiero acabar el finde en el hospital- dijo mientras apartaba el libro y se levantaba de su rincón.

-       Tranqui, Vio que mi guiri controla – le intentaba tranquilizar Ruslana – Va Kiki hazte una lateral de esas sin manos.

-       Ay sí, buena idea- decía Chiara alejándose del borde de la piscina para coger carrerilla.

-       Se me ocurre algo mejor, ¿jugamos al escondite? – dijo Violeta pensando que igual así la convencía de no hacer locuras.

-       ¡A TINIEBLAS! – dijeron Chiara y Ruslana al unísono.

Enseguida todos se sumaron a la idea y entraron a la casa. Después de que Omar estableciese algunas reglas para evitar accidentes empezaron el juego. Decidieron que solo jugarían en la planta baja ya que no querían que nadie se abriese la cabeza subiendo y bajando por las escaleras. Echaron a suertes quién sería el encargado de pillar, apagaron las luces y comenzó el juego.

-Oye esto se está haciendo eterno - dijo de repente Ruslana encendiendo las luces del salón.

-Oye, tramposa solo porque vayas perdiendo no puedes decidir acabar la partida - le gritó Juanjo 

-Pero si a ti te he encontrado el primero, técnicamente te he ganado - dijo Ruslana mientras el resto se acercaba al salón

-Si, yo estoy con Ruslana, casi me duermo en mi escondite - dijo Martin

- Yo creo que es mejor que juguemos en equipos y pongamos un timer de 15 minutos - propuso Alex

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