13. Todo eso

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Llevaba un buen rato sentada delante del espejo. Había algo extraño en su reflejo, pero no sabía el qué. Temía ser demasiado. Ante ese tipo de dudas solía recurrir a Ruslana o a Martin, pero ninguno estaba allí con ella.

Tendré que conformarme con esto.

Tampoco había tenido demasiado tiempo para prepararse. En cuanto Nicole le contó lo de la fiesta se había puesto en marcha para encontrar el disfraz. Aun así, no había sido suficiente. En dos días tampoco se puede hacer más.

De repente su mente se inundó de recuerdos de ese día. Nunca le llegó a preguntar a Violeta si estaba enfadada con ella por no ir a su fiesta. Y desde ese día no habían vuelto a hablar. Chiara había pensado en más de una ocasión coger su móvil y enviarle un mensaje, pero pensó que si la pelirroja no le había hablado sería porque estaba ocupada con los preparativos.

Otra razón por la que no le había hablado ya es porque no sabía que decirle. Nunca se le había dado bien empezar conversaciones. Lo único diferente es que esta vez no era por falta de cosas que decir.

Chiara se levantó del suelo y se miró una vez más al espejo. La verdad es que se veía bastante guapa. Entonces se le ocurrió una idea. Buscó su móvil con la mirada por la habitación y lo encontró en la cama. Posó delante del espejo y se sacó un par de fotos.

Se tiró en la cama bocarriba y empezó a ver sus fotos. Eligió una y sin pensarlo se la envió a Violeta. En cuanto terminó de enviar el último mensaje vio a Nicole aparecer por la puerta con su disfraz puesto y se incorporó en la cama dejando su móvil a un lado.

- Estás guapísima, me encanta – dijo Chiara admirando a su novia.

Nicole se había disfrazado de Daphne ya que había planeado un disfraz conjunto de Scooby Doo con sus amigos.

- Tú también, amor, la verdad que con ese corsé va a ser difícil concentrarme en la fiesta  – dijo Nicole sentándose sobre las piernas de Chiara sin quitar los ojos del pecho de la menorquina.

Chiara observó los movimientos de Nicole y bajó la mirada a sus labios. Se inclinó con la intención de besarlos, pero la rubia se apartó rápidamente levantándose de su asiento.

- Mejor no, que nos enredamos y tenemos que salir en diez minutos para no llegar muy tarde- dijo Nicole mientras se acercaba al espejo.

- Diez minutos dan para mucho – dijo Chiara acercándose a Nicole rodeándola con sus brazos y apoyando la cara en su hombro.

- Ya te he dicho que no, no seas pesada – le respondió Nicole apartándose de su abrazo – venga vámonos ya.

La actitud de su novia a Chiara le sentó como una patada, pero prefirió ignorarlo, ya lo hablarían después.

-Marina ¿Estás lista? - dijo Nicole entrando al salón.
- Si, por mí podemos irnos - respondió Marina cogiendo las llaves y siguiendo a las otras dos chicas.

Chiara estaba nerviosa. Aunque no era excesivamente tímida no tenía mucha práctica haciendo amigos. Solía ir a todas partes con Martin y Ruslana y se apoyaba mucho en ellos, le daban la confianza que necesitaba. Tendía a hacerse pequeña en situaciones sociales quizá por miedo a que los demás no puedan entender su forma de ser.

Hoy no era excepción. Cuando Nicole le habló de fiesta pensó que la tendría a ella para ayudarla a integrarse pero en cuanto llegaron a la casa donde se celebraba la fiesta su novia hizo bomba de humo dejando a Chiara en la cocina.

-No te preocupes, yo tampoco conozco a casi nadie de aquí - dijo Marina notando la preocupación en los ojos de la menorquina - nos hacemos compañía.

Chiara le sonrió y le agradeció al universo por la presencia de la chica.

-¿No hay nadie de tu clase aquí? - pregunto Chiara.

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