Ruslana ha intentado hablar con ella varias veces. Cuando llegó a casa el día anterior no se esperaba ver la puerta de la habitación de Chiara cerrada pues eso solo podía significar que estaba durmiendo ya. Le sorprendió bastante pues su amiga solía irse a dormir mucho más tarde, pero pensó que igual su encuentro con Julieta la había cansado. Esa suposición se fue por la borda en cuanto entró en Instagram y vio las historias de sus amigos, revisó los chats grupales y vio como estaban vacíos. Pensó que igual había sido una quedada improvisada y ya está, igualmente ella no habría ido pues estaba con Omar, pero sabía que Chiara no se lo habría tomado tan bien. Conoce las inseguridades de su amiga y su historial con este tipo de situaciones que no han hecho más que repetirse a lo largo de su vida.
Esa mañana se había despertado un poco antes que de costumbre con la intención de pillar a Chiara antes de que se fuera a la univesidad, pero aunque aún faltaba más de una hora para su primera clase, su amiga ya había abandonado el piso. Por lo tanto, decidió esperar hasta que las clases terminaran.
Ahora se encontraba en la cafetería rodeada de todos sus amigos, envueltos en una conversación a la que estaba haciendo oídos sordos, pues oírlos reírse sobre anécdotas de la noche anterior no le causaba ninguna gracia y menos viendo la expresión de Chiara que parecía estar intentando focalizar toda su atención al café que no paraba de revolver.
- ¡Qué asco, Juanjo! – gritó Bea entre carcajadas.
- No es mi culpa que la guarra de Julia no limpie su casa – respondió el maño.
- Bueno, ella tampoco tiene la culpa de que haya arañas – la defendió Álvaro.
- Son parte de su familia, seguro – dijo Ruslana con un tono serio.
- ¿Y a ti qué te pasa? – preguntó Martin sorprendido alternando la mirada entre sus dos amigas – estáis las dos muy raras.
- ¿Cómo te sentirías tú si todos tus amigos quedan sin ti y encima se ponen a hablar de ello como si nada contigo delante? – dijo Ruslana mirando a Martin fijamente – No venga, respóndeme.
- Rus, déjalo – dijo Chiara levantándose – me voy que quiero ir al baño antes de entrar a clase.
Ruslana hace el amago de levantarse para seguir a su amiga, pero se queda estática en cuanto ve a Álvaro salir en su búsqueda.
- ¡Kiki, espera! – Chiara para en seco su marcha y se da media vuelta – lo siento mucho, Kiki de verdad, pensé que sabías que habíamos quedado y no habías podido venir.
- ¿Por qué piensas eso? Si nadie avisó por ningún grupo – dijo Chiara curiosa.
- Ya, es que no sé cómo se enteraron los otros, pero a mí me llamó Julia y como estaba con Bea pues fuimos los dos y cuando llegué y vi a Martin le pregunté por ti y me dijo que habías quedado con Julieta y que igual venías más tarde – se explicó Álvaro.
- Pero a mí Martin no me dijo nada tampoco de ir a casa de Julia.
- Eso ya no sé – dijo Álvaro cabizbajo
- No te preocupes, no estoy enfadada, solo me dolió un poco – dijo Chiara sonriendo levemente.
- Lo siento, Kiki, si te sirve de consuelo habría sido mucho más divertido con mi guiri favorita – dijo Álvaro abrazando fuertemente a Chiara.
- No pasa nada, ¿me acompañas de vuelta? No quiero volver a entrar sola a la cafetería – dijo Chiara.
- Claro, vamos, guiri – respondió Álvaro cogiendo una mano de Chiara y dirigiéndose a la mesa donde sus amigos seguían escuchando atentamente la bronca de Ruslana.
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Arde
RomanceChiara se muda a Madrid con sus dos mejores amigos para empezar la universidad. Allí conocerá a Violeta y juntas se darán cuenta de la conexión que hay entre ellas mientras todo arde a su alrededor.