Odio a Tu Novio

11: Chance de Cupido.

11: Chance de Cupido.

Agradeció las felicitaciones por parte de George luego de haberse llevado la Pole, tratando a pasos rápidos de alcanzar al mexicano, el cual no iba precisamente contento, y sabía la razón.

—Checo —llamó a su lado—. ¿Qué tal todo?.

—Hola Lando. —Sonrió triste—. No muy bien, pero felicidades por esa Pole, fue un avance muy bueno.

—Gracias. —Sintió el calor inundar sus mejillas—. No te fue muy bien a tí.

—No, intenté quedar lo más adelante que pude, pero no fue suficiente y con la penalización quedé más atrás.

—¿Crees que se deba a problemas con el coche?.

—Quizás, no he logrado encontrarle el modo aún, o quizás yo sea el problema.

—No —se apresuró a decir—. No lo creo, digo, tienes muchos logros en tu carrera, no sería justo echarte toda la culpa.

—¿Eso crees? —preguntó divertido el mexicano, él solo asintió tímido—. Pues te agradezco eso, tal vez se debe a los problemas con Max.

—¿Han vuelto a discutir?.

—No, lo dejamos de lado pero no hemos resuelto nada, supongo que es más fácil pretender que nada ocurrió. —Checo se encogió de hombros.

—Con eso no se resuelven las cosas.

—Mientras nos evite discusiones supongo que está bien.

Su plática fue interrumpida por Alice, quien llegó en busca del mexicano para llevarlo a que atendiera a la prensa, la pelirroja le dedicó una rápida mirada, que logró intimidarlo un poco, Sergio se despidió disculpándose por tener que irse, él le sonrió diciéndole que no importaba, se quedó unos minutos en el mismo lugar, hasta que decidió que era tiempo de que regresara al hospitality de McLaren.

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Lando se encontraba en la parte superior de ese antro en España, estaba algo frustrado consigo mismo por no haberse llevado esa victoria, el coche fue veloz, eso se podía ver en los resultados previos a la carrera, pero al final no había conseguido ese primer lugar.

También se sentía algo mal por su amigo, el cual llevaba trago tras trago mientras seguía con la vista fija en la pareja que se encontraba a varios metros de él, en la pista específicamente, sus ojos siguieron la misma trayectoria.

Charles bailaba con aquel modelo que se había convertido en el némesis de Carlos, no podía decir que no trató de ayudar al madrileño, pero en todo el fin de semana fue ignorado por el monegasco, y todo por aquel tipo que ahora tomaba por las caderas al de ojos claros, el tipo siempre aparecía cuando estaba por explicarse, logrando que sus planes de hacer de cupido se arruinaran.

Movió su vista unos centímetros y apretó el vaso que sostenía entre sus manos, ahí se encontraba su propio problema, odiaba como es que sus manos podían recorrer su cuerpo de la manera en la que lo hacía, odiaba que sus labios rozaran su cuello cada que se acercaba a su oído para susurrarle cosas, odiaba los pequeños besos que dejaba en su mejilla, pero más odiaba que Checo respondía a esos gestos con pequeñas y tímidas sonrisas, odiaba no estar en el lugar de Max.

Se tensó al ver la escena, al ver la forma en la que sus bocas danzaban en perfecta sincronía, apretó sus puños, hirviendo de celos por dentro, porque ahora lo que le molestaba era el hecho de que el mexicano correspondiera al beso, porque algo dentro de él quemaba con furia al ver como el cuerpo de Checo era tomado frente a sus ojos, algo quemaba por no ser él quien sostuviera de ese modo al tapatío.