Odio a Tu Novio

22: Lo Que El Calor Provoca.

22: Lo Que El Calor Provoca.

Una nueva Pole, una nueva oportunidad de conseguir una tercera victoria, estaba seguro, el auto era veloz, dejaron salir todo su potencial en la clasificación, Oscar no estaba cerca de él pero confiaba en que ese primer lugar se quedará igual el día de la carrera.

Para la mala suerte de Checo, el mexicano no había logrado pasar a Q1, sabía que estaría frustrado, sobre todo por las declaraciones que habían dicho en el equipo austriaco, que desde un inicio él tenía problemas con el coche pero nadie le hizo caso.

Levantó la vista de la pantalla de su celular luego de que le diera otro vistazo a la hora, encontrando finalmente al de pecas, y a la chica que siempre estaba a su lado, sin perder tiempo se acercó a ellos.

—Lando, hola —habló sorprendido—. ¿Qué haces todavía aquí?.

—Quise esperarte.

—Que amable, pero lo único que quiero ahora es ir al hotel y descansar.

—Oh, sí, yo entiendo, pero quería hablar contigo, seré breve, lo prometo.

Eso último lo dijo hacia la pelirroja, quien en ningún momento despegó su vista de él, lo que le causó algo de miedo.

—El auto aguarda, te espero. —En solo un segundo miró a Checo y luego regresó su vista a él—. Se cuidadoso, no queremos más rumores.

Con el semblante igual de serio, pasó a su lado, dejándolo confundido en ese instante, ¿acaso eso último era dirigido a él?.

—Felicidades por la Pole. —Volteó inmediatamente a quien pronunció esas palabras.

—Gracias, lamento lo de la clasificación.

—Bueno, tú no tienes la culpa de eso.

—Debieron haberte hecho caso cuando lo mencionaste al principio.

—Supongo que me subestimaron.

—El favoritismo queda más que evidente con eso.

—Se confiaron del talento de Max.

—Y supongo que él tampoco te hizo caso con eso.

—Pero no vamos a hablar de eso, ¿verdad?, me están esperando. —El castaño señaló con la cabeza por donde la pelirroja había desaparecido.

—Oh, no, no, yo solo, bueno, quería acercarme para disculparme.

—¿Por qué?.

—La orden que me dio el equipo en Azerbaijan, te retuve durante un tiempo.

—No estoy enojado —le aseguró con tono divertido.

—¿De verdad?. —Checo asintió—. Que alivió, porque no quería que pensaras que lo hice porque yo quisiera.

—Lando, fue una orden de equipo, debías acatarla para ayudar a tu compañero, no hay nada de malo con eso, puede que me haya molestado un poco, pero fue al calor del momento.

—Pues me alegra saber que no estas enojado, nunca haría nada para molestarte.

—Es bueno saber que no harías nada como eso a un amigo. —Checo desvió su mirada al frente, a la chica de Red Bull. —Si es todo, debo irme.

—No, espera, con respecto a lo que ella dijo. —Apuntó discretamente a la mujer—. ¿A qué se refería?.

—Ah, eso. —Antes de contestar vio a su alrededor—. Hay quienes han empezado rumores sobre que Max y yo ya no estamos juntos.