Toby
Desperté en una penumbra inquietante, con una sensación de presión en mis articulaciones. Miré hacia abajo y vi hilos brillantes en un amarillo intenso, casi como si fueran neón, incrustados en mi piel. Aunque no sentía dolor físico, el impacto psicológico de la situación era abrumador. Cada intento de moverme hacía que los hilos se incrustaran más, creando una presión incómoda y perturbadora.
Unos pasos suaves y casi imperceptibles se acercaron desde las sombras. The Puppeteer apareció, su figura imponente y siniestra envuelta en una gabardina de piel negra algo empolvada. Sus hilos, brillando en un amarillo intenso, se movían de manera inquietante, reflejando una malicia palpable.
—Ah, miren quién ha despertado. Cuánto me alegra ver que estás cómodo. Aunque dudo que puedas decir lo mismo dentro de poco.
Con un movimiento elegante, The Puppeteer sacó de su gabardina algo que me heló la sangre: la ropa de Lee, manchada con sangre. La visión de esas manchas rojas sobre la tela blanca me llenó de terror.
—Mira esto. Esto es lo que queda de tu amiga. ¿Te preguntas dónde está? No lo sabrás hasta que el operador quiera
A pesar de no sentir dolor físico, el terror y la angustia me invadieron. Mis músculos se contraían de forma incontrolable, con tics bruscos que me hacían temblar. La presión de los hilos y la desesperación mental se combinaban en una tormenta caótica en mi mente.
—¿Por qué? ¿Por qué estás haciendo esto?! —mi voz temblaba, aunque mi cuerpo no lo hiciera por la insensibilidad al dolor.
The Puppeteer se acercó lentamente, su rostro oculto bajo el gorro de lana tejido. Su sonrisa era una mueca siniestra, como si disfrutara cada momento.
—Ah, las preguntas. Siempre las preguntas. Pero, ¿qué valor tiene saber por qué cuando puedes experimentar el cómo? —Su tono era burlón, casi juguetón—. Vamos, ¿acaso no quieres entender la obra maestra que estamos creando aquí? Es todo un arte, el entrelazar el sufrimiento y la desesperación en una pieza perfecta.
Me esforzaba por mantener la calma, pero el pánico crecía. Cada intento de moverme solo intensificaba la sensación de estar atrapado en una pesadilla interminable.
—¿Dónde está Lee? ¿Qué has hecho con ella? —mi voz era casi un susurro, pero llena de urgencia.
The Puppeteer se rió, un sonido seco y perturbador que resonó en la habitación.
—Oh, tan impaciente. Lee ya está en su propio pequeño espectáculo, y créeme, no querrías estar en su lugar. Pero dime, ¿acaso no te preguntas por qué ella y tú están aquí? —Su sonrisa se amplió—. ¿No te intriga el motivo de tu presencia en esta función tan especial?
El ambiente estaba cargado de perversidad. Cada palabra de The Puppeteer parecía diseñada para atormentar y desorientar.
Mientras me enfrentaba a su retorcida forma de entretenimiento, el terror y la desesperación se apoderaban de mí. Su actitud maquiavélica y su tono interrogatorio solo servían para intensificar la atmósfera opresiva.
—¿Qué piensas hacer conmigo? —pregunté, tratando de mantener la voz firme.
—¡Ah, ahora eso es una pregunta interesante! —dijo The Puppeteer, su voz llena de entusiasmo—. Bueno, lo que haremos contigo depende de cuánto disfrutes del show. Pero no te preocupes, mi querido Toby. Estoy seguro de que tendrás una participación muy especial en este teatro de lo macabro.
La risa de The Puppeteer llenó el aire, y mientras su mirada se mantenía fija en mí
La oscuridad envolvía la sala mientras The Puppeteer me guiaba a través de un pasillo largo y angosto. La presión de los hilos seguía siendo una tortura psicológica, aunque no sentía dolor físico. Cada paso que daba aumentaba mi ansiedad, hasta que finalmente llegamos a una gran sala donde habías más proxys sentados en palcos mirando algo , algunos felices otros neutros algunos solo eran indiferentes.
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Lee mikan [T/N x ticcy Toby]
RandomLee llega a una vieja casa junto al bosque sin querer llama la atención de Tobias Erin Rogers ya que esa era su vieja casa