20 | Lo que es mío

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20 | LO QUE ES MÍO

Logan

Me monté en el coche todavía con la sensación de que el mundo se desmoronaba a mi alrededor. Sin poder evitarlo, la rabia se apoderó de mí y lancé un puñetazo sobre el volante.

En cuanto salí de la universidad después de dejar a Hazel y del pacífico encuentro con mi gran amigo Tucker, recibí un mensaje de Ty diciéndome que volviese a casa.

No sé qué me sorprendió más, si encontrarlo en Chicago un día cualquiera o lo que me esperaba en casa.

Al parecer, mamá había estado bastante ausente desde que se enteró de quién era Hazel y de que papá y yo habíamos acudido al hospital.

No era ningún secreto que mi padre y mi madre se casaron como si estuviesen en pleno siglo dieciocho, por conveniencia, por lo que me extrañaba hasta cierto punto su comportamiento. Ella sabía perfectamente que mi padre siempre sintió algo por la madre de Hazel y que, probablemente, siempre sería así. Lo que no pensaba era que le dejara a mi padre el pijama sobre el sofá y que llevara dos días desaparecida.

Bueno, técnicamente no estaba desaparecida. Esa mañana tuvo una acalorada discusión con mi padre hasta que Tyler llegó con buenas noticias. Bridget y él esperaban un bebé.

Me quedé anonadado. Quiero decir, era una buenísima noticia. Joder, no pude evitar imaginar ser tío de un bebé. Siempre me habían encantado los niños, y estaba seguro de que Bridget sería una madre maravillosa, pero, ¿mi hermano? ¿Padre de un bebé?

Todavía seguía sin entrarme en la cabeza, aunque supongo que mi reacción fue la mejor de la familia, teniendo en cuenta que Ty los pilló a punto de lanzarse las copas favoritas de nuestra madre a la cabeza.

Para cuando llegué, mamá ya se había marchado, y mi padre no quiso darme explicaciones porque tenía que estar centrado en el partido, pero ¿cómo pretendía que lo estuviera después de que Ty me dejara caer que mamá estaba borracha?

Nunca había tenido problemas con la bebida, salvo una vez. Yo era muy pequeño, así que apenas me acuerdo, pero Tyler sí. Nuestros padres estaban en una de las conferencias que hacía el abuelo Gerard. Al parecer, un tipo rico se acercó a nuestra madre con la intención de conquistarla, y mi padre lo vio.

El motivo de la enorme discusión la cual provocó que nuestra madre se paseara borracha durante una semana por casa no fue que mi padre se metiera en una pelea o, yo que sé, amenazara a aquel tío.

Mi padre no hizo nada al respecto. No se molestó. Y eso le provocó semejante reacción.

Sabía que la relación de mis padres no era normal y corriente como la de cualquier otra pareja, pero siempre habían conseguido conectar de tal forma que nuestra familia siguiera adelante. Se querían mucho, pese a que no estuvieran enamorados, así que estaba algo preocupado porque mi madre perdiera los papeles de nuevo.

La llamé un par de veces, pero o estaba ocupada o, directamente, ignoró mis llamadas.

No tenía tiempo para insistir y buscarla con Tyler, ya que tenía que estar dando vueltas en la pista en cuestión de cuarenta minutos. Debería ocuparme de ello más tarde.

Pese a ese altercado en casa, llegué con bastante buen humor al vestuario, y los capullos de mis compañeros lo notaron.

—Me parece que alguien ha echado un buen polvo hoy —Firdy movió las cejas significativamente, colocándose las protecciones.

Le di un golpe en el costado, irritado.

—¿Qué pasa? ¿Me equivoco o qué? —rio, esperando sonsacar información.

El destino de ScottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora