24 | Golpes de oportunidades y cenas pacíficas

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24 | GOLPES DE OPORTUNIDADES Y CENAS PACÍFICAS

Logan

Antes de llegar a la zona de entrevistas en la sala de conferencias del hotel, aproveché para ponerme al día con Harvey. Ya era el último día, así que los medios estaban como locos por entrevistar a los equipos finalistas. Esa misma tarde se celebraría la final entre el equipo C, el mío, y el F.

—Parece más animada —comentó pensativo al otro lado de la línea —, pero creo que solo finge. Conozco a mi hermana a la perfección, joder, y... no me gusta que me oculte lo que siente. Si está mal, quiero que me lo diga. Para eso soy su hermano mayor.

—Es un tema complicado, tío. Además, no solo le afecta a ella —le recordé con cautela —. También era tu madre.

Harvey se quedó un momento en silencio.

—Emery se ha ido a ensayar —comentó con voz ronca, cambiando de tema —. No hemos hablado mucho durante estas semanas, pero sus padres no dejan de llamarla. Me la encontré llorando anoche, supongo que por el agobio.

—Joder —maldije, cabreado. Le pedí que me llamara si algo iba mal, no me gustaba estar tan lejos de ella a sabiendas de su situación —. ¿Y qué ha pasado?

—Le pedí que me dejara contestar y les dije a sus padres que estaba bien, pero que necesitaba tiempo y que no la molestaran. El señor Fitzgerald se puso como loco y nos amenazó con sacarnos del equipo. Entonces Emery le dijo que, como se le ocurriera hacer eso, no volvería a casa nunca —aquello me hizo alzar las cejas —. Lo dijo de una forma tan... fría. A veces parece un cuerpo sin vida. Solo ensaya y se sienta en el sofá con la mirada perdida, en silencio. Apenas come siquiera.

Se me encogió el pecho.

—No está pasando por un buen momento. Creo que necesita a gente cerca que de verdad se preocupe por ella —concluí, recordando sus palabras en la subasta. "Sé que eres bueno. Contigo sería más fácil" —. No tengo ni idea de con quién se junta o si tiene a alguna amiga para poder, no sé, desahogarse o algo así. Por eso quiero estar cerca de ella en todo momento. Porque no esté enamorada de ella no significa que no me importe, joder, y parece que a nuestros padres no les entra en la maldita cabeza.

—Tampoco creo que intenten entenderlo —comentó con indiferencia.

—Lo sé. Gracias por ocuparte de ella, en serio. No tendrías por qué hacerlo y me estás haciendo un gran favor.

—Cierra el pico, sabes que no me cuesta nada. Necesita dónde quedarse y me alegro de que le ofrecieras quedarse aquí, aunque esté rodeada de tíos. ¿Cómo lo lleva Hazel? ¿Sabe que está aquí?

—Fue algo incómodo. Planeaba pasarme por su residencia y decírselo esa misma tarde para que no hubiese malentendidos, pero ella apareció en casa, y creo que lo malinterpretó.

—Bueno, no puedo culparla. De fuera puede parecer otra cosa —replicó. Yo chasqueé la lengua.

—No se cabreó. Se lo expliqué sin dar demasiados detalles. Suficiente bochorno pasó Emery en la subasta como para ir largando por ahí lo que pasó, aunque confíe en Haze plenamente —me pasé la lengua por los labios, observando el alboroto en la entrada de la sala, y pregunté con curiosidad. El corazón me dio un salto —: ¿La has visto durante esta semana?

—Ayer —afirmó —. Me llamó porque Mara se había ido de la residencia muy temprano y no había vuelto. Tampoco contestaba a los mensajes.

—Joder —fruncí el ceño, francamente preocupado —. Nunca se iría sin decir nada.

El destino de ScottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora