ENZO
Terminé de guardar la montura y me dirijó hacia Bestia para guardarlo en su lugar.
Me aseguro de cerrar con seguro la puerta y me dirijo hacia el corral de los terneros, mañana toca desparasitarlos y los tengo que tener juntos, los aparto de sus nanas para colocarlos juntos en el corral que les corresponde.
Una vez termino me dispongo a buscar las agujas y la Ivermectina que es con la que los voy a desparasitar.
Los guardo en su lugar y me dirigo hacia mi casa para darme una ducha. Una vez ya estoy bañado salgo hacia el jardín donde se encuentra la pequeña Emma.
Está cortando unas flores. Ni se a percatado de mi presencia. Carraspeo para informarle de mi llegada.
Ella se da la vuelta y me dedica una pequeña sonrisa.— Hola — Dice poniéndose de pie.
— Hola— Señale sus flores — Lindas— Dije.
— Si, tienen un hermoso jardín — Dijo observando a su alrededor.
Nos acercamos a una banca que había allí.
Tomé asiento mientras ella hacía lo mismo.
Ella empezó a oler las flores y colocarlas juntas así creando un pequeño ramo de flores. La detalle y pude ver sus gestos, como fruncía el ceño, entrecerraba los ojos o enarcaba una ceja. Ella volteó la vista para verme y nuestros ojos se conectaron, ella se quedó ahí sin apartar la mirada como lo solía hacer casi siempre.— Me gusta tu compañía — Dije sin apartar mi vista de la suya.
Se quedó mirando mis ojos durante un tiempo hasta que respondió:
— Ami también me agrada tu compañía — Dijo mientras se concentraba en el ramo de flores.
— ¿Cuales son tus favoritas?—Pregunte.
— Me gustan los girasoles pero también me gustan las rosas rojas.— Dijo encogiéndose de hombros — Creo que no tengo favoritas, todas son hermosas — Dijo dándome una pequeña mirada.
— Yo opino lo mismo — dije sobándome la barba.
— ¿No tienes favoritas?— Preguntó observándome.
— Mis favoritas son las Rosas rojas.—Dije concentrado mi atención en un arbusto de ellas.
— Buena elección — Dijo ella.
Ella empezó a echarse aire con la mano, parecía que tenía calor, se quitó el cabello de al frente y lo tiró hacia atrás.
— ¿Te hago una trenza?— Pregunté hacia ella.
— ¿ Puedes hacer trenzas?— Preguntó un poco sorprendida.
Yo la miré ofendido.
— Claro que puedo.— Dije mientras me acercaba.
—Wow me imaginé de todo menos eso— Dijo riendo.
— Date la vuelta — Dije, y sentí un poco de calor al decir aquella oración, por que había soñado en un sentido diferente. Carraspeé un poco incómodo— Em para la trenza — Dije un poco apenado.
Ella se puso roja y se dio la vuelta, quedando de lomos hacia mi. Le tomé el cabello rozando su nuca, ella se estremeció bajo mi toque, empecé a trenzar su largo cabello, le quedó una trenza hermosa debido a lo largo que era su cabello.