EMMA
Abrí mi ojos cuando sentí que alguien acariciaba mi brazo, miré como Enzo se alejaba de la cama y volvía con algo en las manos.
—Estas son las mañanitas que cantaba el Rey David —. Se acercó con un pequeño pastel lleno de velas.—. Hoy por ser tu cumpleaños te la cantamos así.
Siguió cantando y yo me senté en la cama, sentí mis ojos llorosos mientras él seguía cantando. Cuando terminó la canción dejó el pastel a un lado y se acercó a mí.
—Feliz cumpleaños cariño—Dejó un beso en mis labios.
—Gracias —Dije secándome las lagrimas —. Es hermoso.
Él tomó el pastel y me lo entregó.
—Toma es para ti—. Dejo el pastel en mis manos.—. Pide un deseo.
Serré los ojos y pedí mi deseo luego sople las velas.
Me puse de pie, y dejé el pastel encima del tocador.
—Mordida, mordida —. Vitoreo Enzo.
Solté un risita y luego acerqué mi boca al pastel, le di una mordida y sentí como Enzo empujaba mi cabeza hacia el pastel, enterré toda la barba y la nariz, por suerte no metí los ojos.
—¡Enzo!—. Grité.
Él soltó una carcajada. Me acerqué a él y restregué mi cara contra la suya, embarrándolo de pastel.
—!No Emma! ¿Qué haces?—. Dijo él mientras trataba de alejarme.
—Lo que tú hiciste conmigo —. Le saqué la lengua y me fui al cuarto de baño.
Entré y me deshice de la ropa, entre a la ducha 🧼
Me metí en el chorro y me lave la cara, sentí como Enzo entraba a la ducha. Le di el bote de champú y él empezó ha lavar mi cabello con el champú, después me metí en el chorro para enjuagar mi cabello. Después de terminar de bañarme salí del agua, salí del cuarto de baño, caminé hasta el clóset y saqué un vestido color rojo.
Una vez ya vestida, me dirigí al tocador, hice a un lado el pastel y empecé a maquillarme un poco, me enchiné las pestañas, unté un poco de rubor en mis mejillas y pinté mis labios de color rojo encendido, encima del labial coloque un poco de Gloss.
Dejé mi cabello suelto y coloqué un moño rojo en la parte de atrás de mi cabeza. Tome el pastel y lo lleve hasta la cocina, lo metí en el refrigerador.
Me quede viendo el cuarto de música, me acerqué y entré en el, me senté en el banquillo que había al frente del piano, empecé a tocar las teclas despacio haciendo una suave melodía, luego empecé más rápido hasta que fue demasiado fuerte y me dolía los dedos.
—Hey tranquila—. Enzo se acercó por detrás y me tomó de las muñecas.
Me solté de su agarre y dejé mis manos en mi regazo.
—¿Estás bien? ¿Quieres hablar?—Me tomó del mentón para que lo mirara a los ojos.
—Este es mi primer cumpleaños sin Papá —. Dije con mucho dolor.
El me abrazó contra su pecho y yo por más que quería llorar no solté ninguna lágrima. Me separé de él .
—Pero estoy bien él está aquí conmigo—Dejé un beso en su mejilla y luego limpié el labial untado.
