EMMA
Estoy acostada observando cada parte del cuerpo de Enzo, tengo que admitir que es hermoso. Aunque ya lo había visto no para de dejarme impresionada.
Él se acerca y se coloca encima de mí, le envuelvo la cintura con mis piernas mientras nos besamos. Baja su mano hasta mi sexo y lo empieza a acariciar mientras yo empiezo a gemir, baja su boca por mi cuello dejando besos hasta que llega a mi sona íntima. Pasa su lengua por mis pliegues vaginales y luego me abre las piernas. Empieza a lamer succionar y chupar. Mientras yo estoy al borde del abismo. Cuando siento que estoy a punto de llegar él se aleja.
— Enzo tienes que dejar de hacer eso—. Dije con frustración.
— Yo sé que te gusta cariño —. Dijo con un tono de picardía.
Yo voltee los ojos. El intento acercarse pero lo detuve.
— Acuéstate — Ordené.
El me miró confundido pero acató mi orden.
— Ahora es mi momento de darte placer —. Dije mientras me subía encima de él.
Lo besé y sentí mi sabor en su boca. Dejé besos en su cuello hasta su pecho, bajé mi mano lentamente y agarré su miembro, empecé a subir y bajar lentamente mi mano alrededor de su miembro, posé mis ojos en los de Enzo, quien los tenía cerrados y con la boca abierta mientras jadeaba.
— Párate —. Le ordené mientras me bajaba de él.
— Y yo que creí que yo iba a mandar – Dijo con ironía.
El se paro frente a mí y yo empecé a besar su cuello, empecé a bajar por su pecho hasta que quedé de rodillas frente a él, tomé su miembro en mis manos, y empecé a masturbarlo, luego de unos segundos de nervios me lo llevé a la boca y empecé a chupar como una paleta, escuché como Enzo empezaba a jadear y soltar gruñidos.
Seguí chupando y succionando, agarré sus testículos y los empecé a acariciar. Él me alejó de un solo y dejó que su semen cayera en el suelo. Pude apreciar la cara de satisfacción que tenía.— Mierda—.Dijo jadeante.
—¿Qué pasó?—. Pregunté haciéndome la tonta.
El me fulminó con la mirada. Me agarró del brazo me puso de pie y me tiró de un solo a la cama. Se puso encima de mí y me agarró de las piernas, me sentía muy excitada, sentía fuego dentro de mi cuerpo, sentía que goteaba después de la mamada que le di a Enzo.
— Te voy a poner a gritar mi nombre hasta que me digas que pare—. Dijo un poco molesto.
Yo solté una risa. Bajo su mano hasta mi sexo y empezó ah acariciarlo, yo moví mis caderas contra su mano pero me detuve cuando sentí como su dedo entraba en mi. Solté un grito de placer, se sentía tan bien, solo sentí como una molestia al principio pero después cuando mi vagina se acopló sentí un placer inmenso. Abrí la boca y dejé de respirar cuando ingresó otro, me quede quieta esperando a acoplarme y luego de unos segundos empecé a moverme, sentí como mi cuerpo se estancaba en el placer.
Enzo empezó a mover sus dedos lentamente, empecé a jadear fuertemente, el incremento sus movimientos, y empecé a gritar, movía sus dedos tan rápido que dolía.
—¡Enzo! Detente.–Dije pero no quería que se detuviera.
Él siguió moviendo sus dedo en mi interior y yo sentí que me fui cuando me vine. Salió un chorro al igual que la vez pasada, estaba temblando, sentía que mi sona íntima estaba caliente. Me toqué y lo que toqué era una cosa blanca que había salido de mi.
—¿Qué...
—Eso se llama Squirt —.Dijo viendo mi cara da confusión.— Es el mejor que e visto —.