10 años después
EMMA
—¡Adrián Foley te quiero aquí mismo en este momento!
—Cariño no te estreses, déjalos son niños, seguro fue un accidente— Dijo mientras cargaba a la pequeña Esmerald, en sus brazos.
Vi como Adrián entró por la puerta cabizbajo, se sentó en la cama con la mirada en el suelo.
—¿Por qué golpeaste a tu hermana Adrián?— Hable en un tono serio, pero sin levantar la voz.
— Era solo una broma mamá, le metí el pie por qué creí que ella caería en el colchón, pero por mala suerte callo en el suelo.
Él seguía con la mirada en el suelo. Me acerqué y me arrodillé en frente de él.
—Está bien cariño, pero lo mejor será que no hagas bromas que pongan en peligro a tu hermana ¿si?— Él asintió con la cabeza — Tu deber como hermano mayor es cuidar de tu hermana Esmerald.
—Pero ese es el deber de Evan— Se quejó.
—No cariño. Mira te voy a explicar, el deber de Evan es cuidar de ustedes dos ya que él es mayor que ustedes dos, y tu deber es guardarle respeto a tu hermano mayor y cuidar de Esmerald, y ella los debe de respetar a ustedes.
— Está bien, prometo cuidar de ella.
— Está bien hijo, te amo.
— Yo también te amo mamá.
Dejé un beso en su frente y rápidamente salió de la habitación. Me recosté al lado de Enzo quien me miraba con un brillo en los ojos.
—Eres la mejor mamá del mundo ¿sabes?—Me dijo mientras mantenía su mirada en la mía.
— Y tú el mejor papá que pude haber elegido para mis hijos.
Me acerqué y dejé un beso en sus labios.
—Noo, no... mami, nooo.
Sentí como Esmerald me jaló de la mejilla para que me separara de Enzo.
—Hey, tu papá también es mío Esmerald.
—No, papi es mío.
Empezó a darle picos por todo el rostro hasta que Enzo empezó a hacerle cosquillas en todo el cuerpo y ella empezó a retorcerse de la risa.
Me sentí tan Feliz en ese momento de mi vida, había tenido tres maravillosos hijos con el hombre que amo. Primero está Evan de 10 años, luego está Adrián de 8 y por último está la princesa de la casa Esmerald, con 3 años de edad,toda la familia ama a nuestros hijos, siempre están consintiéndolos en todo.
—¿Noche de película?— Exclamó Enzo entusiasmado.
—¡Sii! —Gritó Esmerald igual de entusiasmada que su padre.
—Muy bien, yo busco la película y mamá prepara las palomitas.
Bajamos hasta abajo, yo me dirigí hacia la cocina y Enzo hasta la sala.
Preparé las palomitas y luego me dirigí hacia la sala, vi como todos estaban sentados en la sala eligiendo la película, todos estaban participando menos Evan que estaba viendo un punto fijo afuera en la ventana.
Dejé las palomitas en la mesa pequeña y luego me senté a su lado.—¿Cómo estás hijo?—Él llevó su mirada hasta la mía.
—No lo sé —Bajó la mirada hacia sus manos.
—Si te sientes mal puedes hablar conmigo, cualquier cosa que te esté atormentado, puedes hablar conmigo.
—Es que no se que tengo, pero me siento mal, no tengo ganas de hacer nada, me siento triste.
—No te preocupes hijo conozco ese sentimiento.
Él me miró fijamente y pestañeo perplejo.
—¿De verdad?
—Sii, tuve depresión horrible durante mi juventud, hasta que todo empezó a mejorar para mi vida, primero llegó tu padre y luego llegaron ustedes.
— ¿Y a mí quien me va a llegar?—Preguntó incrédulo.
—Pues nosotros tontito— le revolví el cabello y el río.
— Gracias por estar para mí mamá.
—No es nada hijo, yo y tu padre siempre estaremos para cada uno de ustedes. Solo es que nos necesiten, nos dicen y estaremos para ustedes — Dejé un beso en su coronilla.
Me puse de pie y le arrebate el control de la televisión a Enzo.
—Creo que vamos a cantar una canción — Dije.
Empecé a buscar canciones para cantar una y animar a Evan, siempre que uno se sentía mal lo único que quería era que lo alegraran, lo decía por experiencia propia, yo siempre que me sentía mal, deseaba a alguien que me alegrara. Busque hasta que encontré la canción maracas.
La puse y les di un micrófono a cada uno, primero empezamos yo con Enzo a cantar.
Él: Amigo ven te invito una copa.
Yo: Ya no tomo, gracias.
Él: No tomas, bien te invito un café.
Yo: Bueno.
El: Que quiero recordar la poca loca, de ayer cuando teníamos 16.
Yo: Bien dime que a pasado con tu esposa.
Él: Nos divorciamos.
Yo: Seguro te dejo por ser infiel. Recuerdas que yo le mandaba rosas, pero la conquistó más tu clavel.
Él: Así es.
Todos:Llevemos juntos serenata, juntos hasta el balcón aquel, tú la guitarra y yo maracas, ella quince y nosotros dieciséis.
Una vez terminamos la canción, empezamos a reí como desquiciados, terminamos llorando por la risa.
Después de un rato estábamos viendo la película que Enzo había elegido, bueno más bien la que Esmerald le ordenó que pusiera, La princesa y el sapo.
Después de un rato Evan se levantó y subió hasta su habitación. Yo lo seguí y lo acompañé hasta su cuarto lo arrope y le di un beso en la frente para que se durmiera.
Después bajé y todos estaban dormidos menos Enzo que estaba muy concentrado viendo la película. Solté una risita y él desvió su mirada hacia la mía.
— Muy concentrado eh.
—La verdad si.
Se puso de pie y llevó a Adrián a su habitación yo tomé a Emma y la subí hasta la habitación una vez todos los niños estaban dormidos nos metimos en la habitación y nos acostamos dispuestos a dormir.
—Se me cumplió mi deseo —.
—¿Cuál deseo?.
—Mi deseo de cumpleaños, hace 11 años.
—¿Cuál fue tu deseo?
—Deseo formar una hermosa familia con Enzo y vivir felices para siempre —. Dije con una sonrisa en el rostro.
—Y lo somos. Somos felices. — Dejó un beso en mi cabeza y luego me abrazó fuertemente y así poco a poco me fui quedando dormida.
Feliz esa noche dormí feliz, sentía que estaba haciendo todo bien que era una buena madre con mis hijos y los comprendía y apoyaba en todo siempre que me necesitaban, me sentía orgullosa de tener a Enzo como mi esposo ya que era un papá excelente. Yo siempre supe que íbamos a ser una hermosa familia.