EMMA
Ya habían pasado dos días desde aquel sueño que tuve,me recuerdo que me desperté de un solo, era de madrugada, y estaba toda sudada y con una sensación extraña bajo mi vientre.
Esos ojos ¡Dios sus ojos! Eran hermosos azules con tonos verdes, cuando los vi me sentí en paz, me trasmitían tranquilidad, era como si todo lo malo no estuviera, solo tranquilidad, aún recuerdo ese brillo que tomaron sus ojos cuando los posó en los míos, en ese momento, me sentí como lo más hermoso del universo.
Sus ojos azulados con verde, eran como estar en un mar, con un cielo esmeralda.
Estoy acostada en la cama de mi habitación pensando en sus ojos. Pero ahorita que me acuerdo hoy tengo clase, de hecho es el último Día de Clase, ya para ir a vacaciones.
¡Aaa! Amos las vacaciones, no salír, solo yo sola sin hacer nada.
Estoy pensando si ir o no ir la verdad, es que no sé, si quiero ir pero no se, si mi mamá me dejé.
Me levanto decidida a preguntarle si puedo ir, salgo de mi habitación y voy directo, a la cocina, mamá como siempre está cocinando de espaldas a mi. Parece que está haciendo una ensalada y me gustaría adivinar para quien es (que se note el sarcasmo).
-— Hola mamá — Ella se dio la vuelta, y se dirigió hacia mi para darme un beso en la frente.
— Hola cariño ¿Estas bien?— si esa pregunta nunca faltaba.
— Siii, MAMÁ estoy muy bien, de echo mejor que nunca. —Le dije con una enorme sonrisa en el rostro. Aunque no era verdad, siempre me sentía débil y con mucho sueño.
Ella me dedicó una sonrisa asintiendo mientras preparaba la ensalada.
— Hoy es el último día de clases— dije con un poco de miedo al rechazo.— Y me preguntaba si podía ir—dije tapándome la cara con las manos y apretando fuerte los ojos.
Escuché un suspiro por su parte.
— Está bien puedes ir. Pero Samanta te va a llevar y a traer.—
¡Siii! Estaba muy emocionada, di unos saltitos y le di muchos besos en el rostro. Me di la vuelta pero mamá me detuvo.
—¡Hey! Toma que esto es tuyo y te lo comes eh.—
Dejo el plato de ensalada frente al mesón, y yo me regrese para tomar el plato mientras le fruncía el ceño a mi madre.
— Sigue así y no te dejo ir—.Me dijo señalándome con su dedo índice.
Mi expresión cambió por completo, le dediqué la mejor sonrisa que mi rostro pudo formular. Solo salí de su vista y mi sonrisa desapareció. De verdad que no quería comer. Aunque estaba haciendo el esfuerzo por comer, ya que al otro día estaba en tiktok, y me salió un video con la frase de ( no se te olvide comer que después de la anemia viene la leucemia) Y yo me quedé de palo se los juro. No quiero que me vaya a pegar leucemia eso significa quimioterapias y muchas agujas y no quería eso, también perdería mi cabello, y si eso pasa me muero.
Entre a mi habitación cerrando la puerta detrás de mi, me dirigí a mi cama y me senté a comer esa ensalada, la cual juzgue mal, porque sabía bien. Mi mamá siempre a sido la mejor en la cocina.
Luego de comer entré al cuarto de baño, luego de unos minutos salí, rebusqué en el clóset, y decidí ponerme un vestido, de color negro, era pegado de arriba y acampanado de abajo. Me quedaba muy bien ya que el negro me favorecía por mi color de piel. La cual no era ni blanca ni negra, mi colór era de un color clarito de mi pecho para abajo era súper clara era casi blanca, pero mi rostro y brazos eran ya más color cartón seco.
Y eso se debía a que era donde me daba más el sol,
Ya que solo usaba pantalón no me quemaba las piernas.
