CAPÍTULO 1. Aries

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Entre Café y Estrellas Caídas

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Entre Café y Estrellas Caídas

"La valentía no es la ausencia de miedo, sino la determinación de seguir adelante a pesar de él."

- Arthur Ashe

El amanecer en Barcelona pintaba el cielo con tonalidades cálidas y doradas, mientras los primeros rayos de sol acariciaban los edificios históricos de la ciudad. El bullicio de la vida cotidiana comenzaba a despertar, y en medio de esta escena, emergía la figura de Lysandra.

Lysandra, una joven de cabello pelirrojo que irradiaba misterio y determinación, se encontraba en su pequeño departamento. La habitación estaba adornada con fotografías de sus viajes por el mundo, mapas desgastados y libros apilados que hablaban de geología y astronomía. A sus 27 años, Lysandra era una geóloga apasionada por las maravillas de la Tierra y los misterios del cosmos.

Su personalidad era una amalgama de cualidades aparentemente contradictorias: intuitiva, misteriosa, distraída, intrépida y arriesgada. Se sumía en sus pensamientos más profundos, explorando el enigma de la existencia mientras, al mismo tiempo, se aventuraba en desafíos físicos y profesionales que la llevaban a los lugares más remotos del planeta.

Esa mañana, sin embargo, la mente de Lysandra estaba plagada de inquietud. El mundo entero parecía al borde de un abismo. Tensiones políticas y religiosas sacudían la superficie de la Tierra, como si los hilos invisibles del destino se estuvieran enredando en un nudo imposible de deshacer. Era un momento de incertidumbre global, y Lysandra sentía en el aire una energía densa, como una rama de árbol a punto de romperse bajo su propio peso.

Además, esa noche los astros se alinearían de una forma especialmente inusual. Días antes, los astrónomos habían anunciado un alineamiento planetario en el que todos los planetas se trazarían en una línea recta. A esto se sumaba una lluvia de estrellas que, según las profecías de antiguas culturas, traería consigo eventos significativos. Con su profunda fascinación por la astrología y la astronomía, Lysandra no podía evitar sentir que estaba en medio de un escenario extraordinario.

El despertador en su mesita de noche interrumpió sus pensamientos. Las manecillas avanzaban con impaciencia, marcando el tiempo. Eran las 8:30 a.m., y su vuelo hacia Tenerife, una isla en el Atlántico que pronto se convertiría en el epicentro de su vida, despegaría a las 11:00 a.m.

—No hay tiempo para dudas ni retrasos —se dijo a sí misma, con la determinación que siempre la había caracterizado.

Sin pensarlo dos veces, Lysandra saltó de la cama, su mente ya corriendo con la lista de tareas del día. A pesar de la hora, decidió hacer una última revisión del equipo, enfrentándose al reto con la determinación característica de su personalidad. El pánico intentó envolverla, pero Lysandra lo rechazó con firmeza, determinando que nada la detendría ese día. —No, no hoy. Hoy es el día —pensó, sintiendo la adrenalina comenzando a fluir en sus venas.

Guardianes Zodiacales; Destino, El Despertar de los SignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora