CAPITULO 6: VIRGO

9 1 0
                                    

SOLO EN EL BOSQUE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


SOLO EN EL BOSQUE

    "La precisión no es una acción, es un hábito."

-Aristóteles

Las primeras luces del alba bañaban Ámsterdam con un resplandor dorado, acariciando los sinuosos canales que serpenteaban por la ciudad. En la modesta casa de Liam, donde los recuerdos de un pasado lleno de desafíos y superación estaban cuidadosamente guardados en cajas, una carta con el distintivo sello del CERN se deslizó discretamente bajo la puerta. Ana, su madre, al ver el sobre, no pudo contener la emoción. Con una sonrisa llena de orgullo, se apresuró a recoger el correo, mientras Liam, alto y con el cabello rubio iluminado por la suave luz de la mañana, concluía una llamada con el Dr. Thomas.

—¡Liam, la carta del CERN ha llegado! —exclamó Ana, su voz vibrante con la emoción contenida.

Liam, aún sosteniendo el teléfono, dejó escapar una risa nerviosa, llena de anticipación. —Gracias, Thomas. Parece que la carta finalmente ha llegado. ¡Estoy emocionado!

Sus ojos azules brillaban de felicidad mientras sostenía la carta en sus manos, sintiendo el peso de las oportunidades que se abrían ante él. Con la luz del amanecer perfilando su complexión esbelta, Liam parecía una figura imponente contra el telón de fondo de la ciudad que había sido su hogar.

El Dr. Thomas, su mentor y guía durante años, había jugado un papel crucial en su desarrollo académico, empujándolo siempre hacia la excelencia en sus estudios de ingeniería física y química. Pero nada de esto habría sido posible sin el sacrificio incansable de Ana, quien había trabajado con dedicación en un club del Barrio Rojo de Ámsterdam para darle a su hijo la mejor educación posible.

Ana no pudo evitar abrazar a Liam con fuerza, sus ojos llenos de lágrimas de alegría. —¡Hijo, estoy tan orgullosa de ti!

Liam correspondió al abrazo, su voz suave pero llena de gratitud. —Gracias, mamá. Todo esto es gracias a ti. Te amo. Pronto nos iremos de aquí y dejaremos el pasado atrás.

La mudanza fue una mezcla de caos y organización perfecta. Ana, con su energía inagotable, se sumergió en el torbellino de cajas, mientras que Liam, con su obsesión por el orden y la eficiencia, dirigía cada paso con una precisión casi militar. Sujetando en una mano una etiquetadora y en la otra una lista meticulosa, se aseguraba de que cada caja estuviera perfectamente etiquetada y colocada en su lugar exacto.

Ana, observándolo, no pudo evitar sonreír con ternura. —Siempre tan meticuloso, hijo. Nunca cambies —pensó, mientras lo veía moverse con la precisión de un reloj suizo.

Esa noche, con todas las cajas empacadas y el peso de los recuerdos embalado en cartón, Liam y Ana decidieron dar un último paseo por el corazón del Barrio Rojo. A medida que avanzaban por las calles empedradas, cada paso los llevaba más profundo en un carril de recuerdos compartidos, llenos de luchas, sacrificios y, finalmente, logros.

Guardianes Zodiacales; Destino, El Despertar de los SignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora