Guardianes zodiacales es una saga de fantasía que explora el mundo real en la transición a la verdad sobre el origen del universo y la magia. En esta primera parte, conocemos 12 protagonistas que representan cada uno a su signo zodiacal y quienes ha...
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UN GEMELO VIVO
"La dualidad es una parte inherente de la vida, como los dos lados de una misma moneda. En el equilibrio de los opuestos, encontramos la armonía."
-Carl Jung
El sol, como un amante atrevido, se asomaba en el horizonte, arrojando tonalidades doradas sobre Beihai, una ciudad costera en China. Xia, una mujer de 27 años nacida en este hermoso lugar, tenía una apariencia única y enigmática. Desde su nacimiento, padecía una rara condición de albinismo que la hacía destacar. Su cabello era blanco platinado, como la nieve recién caída, y su tez, aunque pálida, tenía un dorado sutil, una combinación única de su exposición al sol junto con su condición. Sus ojos eran de un gris suave, como las nubes de tormenta en el horizonte. Era una belleza inusual, con una complexión delgada y delicada que añadía a su misterio.
Xia, siempre indecisa y cambiante, se despertó temprano en la mañana. —Un nuevo día, una nueva oportunidad para encontrar mi camino... —pensó, mientras la incertidumbre característica de su naturaleza comenzaba a asomar en su mente. La indecisión se reflejaba en su elección de ropa y su desayuno. Primero, optó por un vestido azul cielo, pero segundos después cambió de opinión y eligió unos pantalones y una camiseta. —¿Por qué es tan difícil decidir? —se cuestionó, sintiendo que cada decisión, por pequeña que fuera, cargaba con un peso que no comprendía del todo. En cuanto al desayuno, contempló cereal, huevos y tostadas antes de decidirse finalmente por un batido de frutas.
Mientras caminaba por la playa al amanecer, su mente hiperactiva estaba llena de pensamientos cambiantes. —Siempre saltando de un pensamiento a otro... ¿algún día podré encontrar paz? —se preguntó, mientras sus ojos seguían la línea del horizonte, buscando respuestas en el infinito. Saltaba de una idea a otra, como mariposas inquietas en su cabeza. Planeaba su día, repasaba sus pacientes, consideraba sus creencias espirituales y pensaba en la próxima lluvia de meteoros que se avecinaba al día siguiente. La inquietud la acompañaba, una característica común de su personalidad. —No puedo evitar sentir que algo grande está por venir... pero, ¿estoy lista? —meditaba, sintiendo una mezcla de emoción y temor en su interior. Se dirigió hacia el hospital, determinada en tener un gran día. —Hoy será un buen día —se dijo, intentando infundir seguridad en su voz—. Debe serlo.
En su trabajo como psicóloga, su objetivo era ayudar a sus pacientes a superar sus conflictos emocionales y encontrar la paz interior. Pero Xia tenía un enfoque único en su terapia: la psicología transpersonal, que incorporaba aspectos espirituales y trascendentales en el proceso de sanación.
Su primera cita del día fue con Zhang, un hombre que estaba luchando con la pérdida de su esposa en un accidente automovilístico. Xia lo recibió en su acogedora sala de terapia inundada de música serena y olor a lavanda, creando un ambiente de calma y confianza. —Este es un lugar seguro, tanto para él como para mí —pensó, mientras lo guiaba hacia el sillón. Xia comenzó a escuchar la historia de Zhang con empatía, pero también vio el dolor profundo en sus ojos. —Es un dolor que trasciende las palabras... ¿Cómo puedo aliviarlo? —se preguntó, sintiendo la responsabilidad que pesaba sobre sus hombros.
