Guardianes zodiacales es una saga de fantasía que explora el mundo real en la transición a la verdad sobre el origen del universo y la magia. En esta primera parte, conocemos 12 protagonistas que representan cada uno a su signo zodiacal y quienes ha...
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"La herida es el lugar por donde entra la luz". -Rumí
Karim despertó lentamente, sus párpados pesados por la noche anterior, todavía sintiendo los ecos de su transformación reverberar en su mente y cuerpo. Su departamento, un oasis de lujo en medio del bullicio neoyorquino, estaba bañado por la luz matutina que se filtraba a través de las cortinas de seda. El símbolo de Tauro en su muñeca pulsaba suavemente, su brillo dorado casi hipnótico bajo los primeros rayos del sol.
—¿Esto realmente está sucediendo? —pensó Karim mientras se incorporaba, su mirada fija en la marca que ahora formaba parte de él. Se levantó con cautela, deslizándose sobre la alfombra persa que cubría el frío mármol del suelo, sus pies descalzos disfrutando de la calidez de la textura.
Los cristales que había dejado en la mesa de noche brillaban con un resplandor etéreo, como si respondieran a su presencia. A pesar de todo lo que había sucedido, Karim no podía evitar admirar su belleza. Pero antes de que pudiera perderse en sus pensamientos, el sonido insistente de su teléfono interrumpió el silencio. Su padre, el Dr. Thomas, estaba llamando. Karim tomó aire, preparándose para la inevitable conversación.
—Karim, ¿estás bien? —preguntó su padre, su voz cargada de preocupación y urgencia, un matiz de desesperación que Karim rara vez escuchaba en él.
—Sí, padre, estoy bien. Estuve en el club anoche y... hubo un pequeño incidente, pero no te preocupes —respondió Karim, tratando de mantener la voz serena, a pesar de que su mente aún estaba envuelta en un torbellino de incertidumbre.
—Sabes que me preocupo, hijo. El mundo está cambiando rápidamente, y no todos esos cambios son buenos. Hay mucho caos, y quiero que estés seguro. Hoy es un día importante para mí... para nosotros. Presentaré el proyecto de energía libre en la reunión de la ONU en Ginebra. Liam ya está aquí, y su presentación fue un éxito rotundo. Quiero que estés aquí también, Karim. Esto es más grande de lo que imaginas —explicó el Dr. Thomas, la pasión y el peso de la responsabilidad presentes en su voz.
Karim asintió lentamente, aunque su padre no podía verlo. Sintió una mezcla de orgullo y temor, sabiendo que eventualmente tendría que enfrentarlo y compartir lo que había sucedido. —No puedo seguir escondiéndome de esto —se dijo a sí mismo.
—Lo sé, papá, pero... no estoy seguro de que pueda volar hoy. Nueva York está en un caos. Las protestas contra la nueva orden mundial están empeorando, y los vuelos son... bueno, son un desastre —contestó Karim, tratando de mantener la voz firme.
Hubo una pausa al otro lado de la línea, y Karim pudo imaginar a su padre frunciendo el ceño, analizando la situación como siempre hacía, buscando soluciones.
—No te preocupes por eso. Puedo arreglar un vuelo privado para ti. Solo ve a mi oficina y reúnete con el equipo que viajará a Ginebra. Ellos se encargarán del resto —dijo el Dr. Thomas con la seguridad que siempre lo caracterizaba, esa que Karim admiraba y, a veces, encontraba intimidante.
