CAPÍTULO 2. TAURO

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La fuerza del La fuerza del toro

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La fuerza del La fuerza del toro

"El destino de un hombre está en sus propias manos."

- Anna Frank

El sol se retiraba con la solemnidad de un rey fatigado cuando Karim, un hombre de 30 años con cabello negro, ojos oscuros y una barba que resaltaba sus rasgos árabes, disfrutaba de la negociación tras sellar la venta de una majestuosa propiedad entre los altos pinos. Sentado en una silla de cuero, con una copa de vino tinto en la mano, examinaba cuidadosamente los documentos sobre la venta. —La precisión es esencial —pensó, mientras su mirada recorría cada línea de los contratos—. No hay lugar para errores cuando se trata de asegurar el futuro. Apreciaba los detalles y se tomaba su tiempo para asegurarse de que todo estuviera en orden. El aroma de la madera noble y el suave tintineo de los cubiertos de plata en la mesa cercana llenaban la habitación. Para Karim, la comodidad era un valor fundamental en su vida, y esta negociación era solo un ejemplo más de cómo lo perseguía. La sonrisa en su rostro apenas reflejaba la realidad que ya habitaba en su mente, proyectándose más allá de los límites de aquella venta. —Cada movimiento cuenta, cada decisión debe ser calculada —pensó, despidiéndose de los nuevos habitantes con deseos de prosperidad. Al siguiente minuto, su atención ya estaba inmersa en una esfera distinta.

Karim, inteligente y leal por naturaleza, sabía que su responsabilidad como agente inmobiliario era crucial para mantener su estabilidad financiera. —La seguridad financiera es la base de una vida tranquila —se recordó, mientras su mente viajaba a su infancia. Aunque disfrutaba de las comodidades de la vida, nunca había olvidado sus humildes comienzos. Sus padres, inmigrantes turcos que habían llegado a Estados Unidos en busca de un futuro mejor, habían enfrentado dificultades para integrarse en la sociedad estadounidense. Los rasgos étnicos de su familia limitaban sus opciones y los obstáculos parecían insuperables en los primeros años.

Su vida fue precaria, marcada por desastres naturales como tornados, huracanes y terremotos que azotaban la zona donde vivían. Trágicamente, durante uno de estos eventos, sus padres perdieron la vida, dejando a Karim huérfano. —El mundo puede ser cruel —recordó, mientras la imagen de su hogar destruido y sus padres desaparecidos cruzaba su mente. Fue rescatado y llevado a una clínica donde su recuperación física era evidente, pero el dolor por la pérdida de su familia y la sensación abrumadora de soledad en el mundo lo marcaban profundamente. —Sobreviví, pero la herida nunca sanó por completo.

Mientras crecía, se propuso encajar en la sociedad y tener éxito en su vida. —No repetiré los errores de mis padres —se prometió a sí mismo—. Lograré la estabilidad que ellos nunca pudieron alcanzar. Afortunadamente, encontró una familia adoptiva bien posicionada en Nueva York, quienes le brindaron amor y apoyo. Su vida en la universidad fue buena, y a pesar de los desafíos y ocasional rechazo debido a su apariencia extranjera, nunca permitió que eso lo hiciera sentir menos. Hizo muchos amigos y se sumergió en su trabajo.

Guardianes Zodiacales; Destino, El Despertar de los SignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora