Cartas del Pasado

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Perspectiva de Chloe

Había pasado solo unos días desde la visita de Harry y Ron a Hogwarts, y la atmósfera aún estaba cargada con la emoción de su inesperada llegada. 

[...]

Esa mañana, el desayuno en el Gran Comedor transcurrió como cualquier otro día. Los murmullos de los estudiantes, el tintineo de cubiertos y el ocasional graznido de las lechuzas que entregaban el correo llenaban el aire. Fue entonces cuando vi a una lechuza gris depositar una carta delante de mí. No tenía remitente, lo que ya era extraño, pero asumí que era de mamá o papá, ya que no había recibido noticias suyas desde que llegué a Hogwarts.

Abrí la carta con curiosidad, solo para que mi corazón se detuviera en seco al leer las palabras escritas con una caligrafía familiar:

Hola princesa, ¿me extrañaste?

Esa simple frase me hizo un nudo en el estómago. No era posible. Él estaba muerto. James, mi hermano, era el único que me llamaba así. Era su apodo especial para mí desde que éramos niños.

Me quedé mirando la carta, incrédula. ¿Era una broma? ¿Alguien sabía cómo me llamaba él? ¿Por qué harían algo así?

Justo en ese momento, Ella se acercó y notó mi palidez.

—¿Chloe? ¿Estás bien? —preguntó, su preocupación notable.

Sacudí la cabeza, tratando de encontrar las palabras adecuadas. Le expliqué lo que había pasado y el significado detrás de la carta. Ella también quedó impactada.

—Esto no puede ser una coincidencia, Chloe —dijo Ella, su voz baja—. Sabemos lo que significa.

Asentí, el miedo comenzando a asentarse en mi pecho. No podía ser una broma. Las palabras eran demasiado precisas, demasiado personales.

[...]

El resto de la semana continuó con la misma inquietud. Cada mañana, una nueva carta llegaba sin falta, cada una con más detalles íntimos que solo James y yo compartíamos:

Hola princesa, te he extrañado mucho.

Hola princesa, ¿cómo ha estado Copito?— Me estremecí al leer eso. Copito era mi peluche de la infancia, un muñeco de peluche al que estaba apegada desde que era niña. Nadie más lo llamaba así.

Hola princesa, te ves hermosa con tu uniforme de Hogwarts.

Hola princesa, no creí que te gustaría la cerveza de mantequilla con jengibre. Es horrible, pero cada quien.

Hey princesa, hoy te vi en Hogsmeade. No comas tanto dulce, te hará mal.

Las cartas eran un recordatorio constante de que alguien me observaba, alguien que conocía detalles de mi vida que nadie más debería saber. Las guardaba en un cajón de mi habitación, esperando olvidarlas, pero era imposible. Cada vez que las miraba, la sensación de ser vigilada me invadía.

[...]

Entre todo este caos, noté que las cosas con Hermione también se sentían extrañas. Había una tensión en el aire, como si algo hubiera cambiado entre nosotras, aunque no tenía indicios claros de qué podía ser.

Hermione había estado un poco más distante, aunque seguía siendo amable y trabajadora como siempre. Tal vez estaba preocupada por algo, pero no quería presionarla. La presentación de nuestro proyecto de Defensa Contra las Artes Oscuras se acercaba, y era una buena oportunidad para reconectar y centrarnos en algo positivo.

[...]

El profesor había pospuesto la entrega del proyecto dos semanas más debido a un viaje urgente, lo que nos dio más tiempo para perfeccionar nuestros hechizos y asegurarnos de que la presentación fuera impecable.

—Hoy es el gran día —dije, intentando sonar animada mientras nos dirigíamos al aula.

—Sí, finalmente —respondió Hermione con una sonrisa que parecía algo forzada.

Nos instalamos en un rincón del aula, repasando los hechizos una última vez. Hermione era brillante en la teoría y en la práctica, y trabajar con ella siempre era un placer. A pesar de la extraña atmósfera, sabía que podíamos hacerlo bien.

—¿Lista, Chloe? —preguntó Hermione, mirándome con determinación.

—Por supuesto —respondí, sintiendo una mezcla de nervios y emoción.

La presentación fue un éxito. Nuestro trabajo fue bien recibido, y la clase nos aplaudió. Sin embargo, mi mente seguía volviendo a las cartas, y no podía sacudirme la sensación de que algo terrible estaba por suceder.

[...]

Después de la clase, Hermione se volvió hacia mí, sus ojos serios pero amables.

—¿Te gustaría hablar? Pareces distraída estos días —ofreció, su tono gentil.

La pregunta me tomó por sorpresa. Parte de mí quería contarle todo, confiar en ella. Pero la otra parte estaba demasiado asustada para involucrar a alguien más en lo que estaba sucediendo.

—Estoy bien, solo un poco de estrés por el proyecto —mentí, intentando sonreír.

Hermione asintió, pero podía ver que no estaba completamente convencida.

—Si necesitas hablar, estoy aquí —dijo, dándome una palmadita en el hombro.

—Gracias, Hermione. Lo mismo digo —respondí, agradecida por su apoyo.

Mientras nos separábamos para ir a nuestras respectivas clases, sabía que tendría que tomar una decisión pronto. Las cartas no pararían, y no podía seguir ignorándolas. Pero antes de hacer cualquier cosa, necesitaba saber más, y para eso, tenía que enfrentar la verdad sobre mi hermano y lo que realmente estaba ocurriendo.


Entre Libros & Suspiros ~ HERMIONE GRANGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora