Entre Libros & Suspiros ~ HERMIONE GRANGER

La Revelación

Perspectiva de Chloe

El aire alrededor de mí parecía volverse más denso mientras escuchaba cada palabra que salía de los labios de Hermione. Era como si el mundo se estuviera desmoronando, pero solo a mi alrededor. Los árboles, el cielo, incluso el roble bajo el que estábamos, todo se volvía borroso, y lo único que podía ver con claridad era el rostro de Hermione, tan grave, tan lleno de una verdad que no estaba preparada para escuchar.

Mis manos temblaban ligeramente mientras las apretaba en puños, tratando de procesar lo que acababa de oír. James... mi hermano... ¿muerto?.

Mis pensamientos eran un torbellino. ¿Cómo podía haber pasado todo esto sin que yo lo supiera? ¿Por qué nadie me lo había dicho antes? Y lo más importante, ¿por qué Hermione lo sabía antes que yo?

—¿Hace cuánto que lo sabes? —Mi voz salió temblorosa, pero firme. Sentía la traición ardiendo en mi pecho mientras mis ojos buscaban los de Hermione, exigiendo respuestas.

Ella me miró con una mezcla de dolor y compasión, y eso solo me enfureció más. —Hace poco... —comenzó, pero yo la interrumpí antes de que pudiera continuar.

—¿Por qué no me lo dijiste de inmediato? ¿Pensaste que no podía manejarlo? —El enojo y la confusión se agolpaban en mi mente, y sentía que me faltaba el aire. Me levanté de un salto, alejándome de ella, necesitando espacio para procesar lo que acababa de escuchar.

Hermione también se levantó, acercándose lentamente a mí. —Chloe, lo siento... Quería decírtelo, pero no sabía cómo. No quería herirte más de lo que ya lo estás.—

—¡No me digas lo que puedo o no puedo manejar! —grité, dándome la vuelta para mirarla directamente—. ¡Era mi hermano, Hermione! ¡Tenía derecho a saberlo! —Las lágrimas comenzaban a correr por mis mejillas, y sentía que todo a mi alrededor se desmoronaba.

Hermione se detuvo a pocos pasos de mí, extendiendo una mano, pero sin llegar a tocarme. —Chloe, lo entiendo... tienes razón. Debería habértelo dicho antes. Solo... quería protegerte.—

La palabra "proteger" resonó en mi mente, llenándome de rabia. —No necesito que me protejan —respondí con voz quebrada, retrocediendo otro paso—. Necesito la verdad, siempre. No más secretos, no más mentiras.—

Hubo un momento de silencio en el que ambas nos miramos, sintiendo el peso de todo lo que se había dicho y lo que aún quedaba por decir. Finalmente, Hermione dio un paso más hacia mí, esta vez lo suficientemente cerca como para que pudiera oler su perfume.

—Lo sé, Chloe, y te prometo que nunca más guardaré un secreto así de ti —su voz era suave, pero llena de determinación.

El contacto de sus manos y la sinceridad en su voz comenzaron a desmoronar mis defensas. Mi cuerpo temblaba, no solo por la ira, sino por la abrumadora mezcla de emociones que me invadía. Me sentía perdida, y Hermione era la única persona que podía ayudarme a encontrar el camino de vuelta.

Sin decir una palabra más, Hermione acortó la distancia entre nosotras y, con una delicadeza que hizo que mi corazón se acelerara, inclinó la cabeza y me besó suavemente. Al principio, fue un beso lleno de ternura, de disculpas, como si quisiera decirme que estaba ahí para mí. Pero, a medida que me rendía a la calidez de sus labios, sentí que algo cambiaba. La suavidad se transformó en una chispa de deseo, una necesidad urgente de conectar, de encontrar consuelo en el otro.

Mis brazos, que antes habían estado rígidos, ahora se movieron por cuenta propia, envolviendo su cintura, acercándola más a mí. No estaba segura de dónde terminaba mi angustia y comenzaba el consuelo que me ofrecía Hermione. Todo se fusionaba en ese momento, en ese beso, que se convirtió en el único ancla que me mantenía conectada a la realidad.

Finalmente, cuando nos separamos, ambas estábamos respirando con dificultad, y el silencio que siguió no fue incómodo, sino cargado de algo nuevo, algo que no necesitaba palabras para ser entendido.

Hermione fue la primera en romper el contacto, su mano aún en mi mejilla, acariciando suavemente mientras me miraba con una intensidad que casi me hacía olvidar todo lo demás.

—No importa lo que venga —dijo, su voz apenas un susurro—. Lo enfrentaremos juntas. Te lo prometo.—

Asentí, incapaz de hablar, pero sabiendo que no estaba sola. Y por primera vez desde que comenzó esa conversación, sentí una pequeña chispa de esperanza.

El resto del día pasó en un estado de calma tensa. Las clases y las conversaciones parecían irrelevantes, y solo el peso de la verdad revelada permanecía constante. Ginny y Ella se unieron a nosotras en la cena, sus bromas y comentarios ligeros tratando de levantar el ánimo. Ginny, en particular, parecía decidida a sacar una sonrisa de mi rostro, mientras que Ella, más perceptiva, me observaba con una mezcla de preocupación y curiosidad.

Agradecí su compañía, pero mi mente estaba en otra parte, procesando todo lo que había aprendido. Sabía que tendría que hablar más con Hermione, quizás incluso con Kingsley, pero por ahora, lo único que quería era un momento de paz, un momento para respirar.

Cuando la noche finalmente cayó, y el castillo se sumió en el silencio, supe que los días por venir no serían fáciles. La verdad se había revelado, pero las consecuencias apenas comenzaban.