En Busqueda de la Verdad

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Perspectiva de Hermione

El aire fresco de la mañana me despejó la mente mientras caminaba hacia la oficina de Kingsley. Chloe se había dirigido al Gran Comedor para el desayuno, pero yo tenía otra misión antes de poder unirme a ella. Sabía que lo que estaba a punto de hacer era arriesgado, pero también sabía que no podía permitir que Chloe siguiera en la oscuridad. Necesitaba respuestas, y Kingsley era la única persona que podía dármelas.

El pasillo que llevaba a su oficina parecía más largo de lo normal, y mis pasos resonaban en el suelo de piedra. Con cada paso, mi determinación crecía, pero también lo hacía mi temor. ¿Qué más podría descubrir? ¿Y cómo afectaría eso a mi relación con Chloe?

Cuando llegué a la puerta, respiré hondo y golpeé suavemente. La voz grave de Kingsley me invitó a entrar, y lo encontré sentado detrás de su escritorio, revisando unos pergaminos. Al verme, levantó la vista y me ofreció una sonrisa que no logró alcanzar sus ojos.

—Hermione, qué sorpresa verte tan temprano —dijo, dejando los pergaminos a un lado—. ¿En qué puedo ayudarte?—

Cerré la puerta detrás de mí y caminé hacia su escritorio, sintiendo cómo la tensión se apoderaba de mis músculos. —Necesito saber más sobre James Montgomery —solté sin rodeos.

Kingsley se tensó ligeramente, y su mirada se endureció. —Hermione, ya hemos hablado de esto...

—No lo suficiente —lo interrumpí, notando la sorpresa en su rostro ante mi repentina firmeza—. Hay demasiadas piezas sueltas y no puedo seguir adelante sin saber la verdad. No solo por mí, sino por Chloe. Ella tiene derecho a saberlo, y yo también.—

Kingsley suspiró, pasándose una mano por la frente como si intentara ordenar sus pensamientos. Sabía que estaba pidiéndole mucho, pero también sabía que él entendía mi necesidad de proteger a quienes me importan. Después de un largo silencio, se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en el escritorio.

—James Montgomery era... complicado —comenzó, sus ojos fijos en los míos—. No era un mortífago por elección, sino por la influencia de un grupo de amigos. Ellos lo llevaron a tomar decisiones que nunca habría tomado por sí mismo. Aunque nunca compartió su visión ni sus métodos, se sintió atrapado, y eso lo llevó a un camino oscuro del que no pudo escapar.—

Sentí un nudo formarse en mi garganta mientras escuchaba. James no era simplemente un mortífago, sino una víctima de malas influencias, una víctima de un entorno que lo arrastró a decisiones que no reflejaban quién era realmente.

—Entonces, ¿por qué Chloe nunca lo supo? —pregunté, tratando de entender cómo una verdad tan dolorosa podría haber sido mantenida en secreto durante tanto tiempo.

Kingsley desvió la mirada por un momento, como si estuviera buscando las palabras adecuadas. —Porque James se lo ocultó deliberadamente. Quería protegerla de esa vida, de esa oscuridad que lo rodeaba. Pero sabía que tarde o temprano la verdad saldría a la luz, y por eso trató de hacer las paces con su pasado antes de... antes de su muerte.—

Las palabras de Kingsley pesaban en el aire como una carga que ambos compartíamos. Entendía la intención de James, pero también veía el daño que había causado al mantener a Chloe en la ignorancia. La verdad era una espada de doble filo, y ahora me encontraba en el centro de su filo.

—¿Cómo puedo contarle esto a Chloe sin destrozarla? —mi voz se quebró ligeramente, y me sorprendí al sentir lágrimas amenazando con brotar.

Kingsley me miró con compasión, su expresión suavizándose. —Hermione, no hay una forma fácil de hacerlo. Pero lo que Chloe necesita ahora es la verdad, sin importar lo dolorosa que sea. Y te tiene a ti para apoyarla, para ayudarla a enfrentarla.—

Asentí lentamente, sabiendo que tenía razón. Pero aún así, el peso de esa responsabilidad me aplastaba. Sabía que al contarle a Chloe la verdad, estaba abriendo una herida que tal vez nunca sanaría del todo.

Me levanté de mi asiento, sabiendo que había llegado el momento de enfrentar la realidad, por difícil que fuera. Kingsley se puso de pie también, su mirada firme pero amable.

—Hermione, recuerda que no estás sola en esto. Si necesitas ayuda, siempre puedes contar conmigo.—

Agradecí sus palabras con una pequeña sonrisa, aunque el miedo seguía en mi corazón. No estaba segura de cómo reaccionaría Chloe, pero sabía que ya no podía postergarlo más. Mientras me dirigía a la puerta, la voz de Kingsley me detuvo una vez más.

—Y Hermione... ten cuidado. Hay más en juego aquí de lo que parece. Las sombras se están moviendo, y debemos estar preparados para lo que venga.—

Asentí, comprendiendo la gravedad de sus palabras. No solo estaba enfrentando el pasado de Chloe, sino también un futuro incierto lleno de peligros. Con el corazón pesado, salí de la oficina, sabiendo que la verdadera batalla apenas estaba comenzando.

[...]

El camino de regreso al Gran Comedor se sintió interminable. Cada paso me acercaba más al momento en que tendría que hablar con Chloe, y el miedo de perderla se intensificaba con cada segundo que pasaba. Pero sabía que no tenía elección. La verdad debía salir a la luz, y debía confiar en que nuestro vínculo sería lo suficientemente fuerte como para resistir el golpe.

Al llegar, vi a Chloe sentada en nuestra mesa habitual, charlando animadamente con Ginny y Ella. Su risa me llegó desde lejos, una melodía que siempre lograba alegrarme, pero que ahora solo añadía a mi angustia. Me detuve por un momento, observándola, grabando en mi memoria esa imagen de felicidad antes de que todo cambiara.

—Hermione, por fin llegas. —Chloe me sonrió cuando me vio acercarme, haciéndome un gesto para que me sentara a su lado—. ¿Te encontraste con algo interesante en la biblioteca?—

—Algo así —respondí con una sonrisa que no alcanzó mis ojos mientras me sentaba. Ginny y Ella intercambiaron miradas, aparentemente notando la tensión en mi voz, pero ninguna de las dos dijo nada.

La conversación continuó, pero yo apenas podía concentrarme en las palabras que se decían a mi alrededor. Mi mente estaba en otro lugar, pensando en cómo abordar el tema con Chloe sin arruinar lo que teníamos. Sin embargo, sabía que no podía esperar mucho más.

Después del desayuno, Chloe me tomó de la mano, guiándome hacia la salida del Gran Comedor. —Ven, vamos a dar un paseo por los terrenos antes de las clases. Hace un día hermoso.—

Asentí, permitiéndome ser guiada por ella, pero sabía que este paseo no sería tan idílico como ella esperaba. Necesitaba un lugar tranquilo para hablar, lejos de oídos curiosos.

Finalmente, llegamos a uno de nuestros rincones favoritos en el jardín, bajo un gran roble que nos ofrecía sombra y privacidad. Chloe se sentó en la hierba, mirándome con una sonrisa expectante, pero su expresión cambió al ver la seriedad en mi rostro.

—Hermione, ¿qué ocurre? —preguntó, su voz llena de preocupación mientras tomaba mi mano entre las suyas.

Tomé aire, preparándome para lo que estaba a punto de hacer. —Chloe, hay algo que necesitas saber... algo sobre James.

La expresión de Chloe se volvió de piedra, su mirada fijada en la mía, buscando respuestas antes de que siquiera hablara. Sabía que esta conversación cambiaría todo, pero también sabía que no podía seguir guardando el secreto.

—¿Qué es, Hermione? —preguntó en un susurro.

Y entonces, comencé a contarle todo lo que Kingsley me había revelado, con cada palabra, viendo cómo la expresión de Chloe cambiaba, pasando de la sorpresa a la incredulidad, y finalmente, al dolor.

Sabía que este era solo el comienzo, y que lo que venía sería aún más difícil. Pero por ahora, lo único que podía hacer era estar a su lado, sosteniéndola mientras el peso de la verdad caía sobre ella. Y en ese momento, prometí a mí misma que haría todo lo posible para protegerla, no importa el costo.

Entre Libros & Suspiros ~ HERMIONE GRANGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora