𝙏𝙤 𝙨𝙬𝙚𝙚𝙩 [𝙎𝙪𝙠𝙪𝙣𝙖 𝙭 𝙊𝘾]

Inmortal She

Advertencias: spoilers del manga/anime, incidente de Shibuya mencionado.

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Sukuna empujó frenéticamente dentro de ella, sin molestarse en ocultar lo mucho que estaba enloqueciendo, con los labios ligeramente abiertos, gimiendo, los ojos un poco cruzados y sus manos apretando sus hombros manteniéndola quieta en su lugar debajo de él.

“Te sientes como el paraíso…seguramente morí y todavía no me doy cuenta”

Sus caderas se apretaron contra la castaña, quien chilló suavemente en su oído, disfrutando de los empujes violentos “¡No tan profundo!” Antes de poder protestar, él mayor salió de ella, y eyaculó en su abdomen.

“Ven acá, voy a probarte otra vez” con poca delicadeza la tomó de la cadera sujetando con su otra mano su muslo. Enterró la cara devorando sus pliegues sin piedad “Ah, carajo, sabes como un maldito manjar”.

“Ryomen…te amo”

La voz de aquella joven lo hizo despertar; seguía atrapado en el cuerpo de Yuuji Itadori, era obvio y ofensivo por el póster de Jennifer Lawrence pegado en la pared.

No hace mucho trataron de matar a Yuuji en una misión contra dos maldiciones, el resultado fue poder comer otro de sus dedos. Al menos estaba más cerca de algo, y eso hizo más soportable habitar el interior del joven.

—Mierda, tengo una erección —se quejó Yuuji—. ¿Tuve un sueño raro?

No, sorprendentemente no era por la mente adolescente de Itadori, esa fuerte y temblorosa dureza era por los deseos de Ryomen Sukuna, aunque claro, nunca lo admitiría.

Apareció su boca y ojos en la mejilla del menor—. Mocoso, ¿No deberías buscar mis dedos? ¡Deja de masturbarte!

—Ni siquiera estoy haciendo eso —respondió Itadori, irritado—. No lo hago desde que estás en mi cuerpo.

Sukuna soltó una risa cruel—. Nunca tendrás una esposa, ni hijos, te ejecutarán tan pronto cómo comas todos mis dedos, así que al menos no te quito el placer de hacerlo tú solo, sabes que no miro siempre.

—¡Estabas molestando hace un segundo con no hacerlo! —gruñó exasperado—. Por cierto…¿Quién era esa mujer? Desde que estás en mi cabeza escucho su nombre, es molesto.

—Si vuelves a mencionarlo, te arrancaré los ojos y no te sanaré —dijo con un tono amenazante—. No mezcles mis recuerdos con los tuyos, si lo haces mataré a tus amigos frente a tí y colgaré sus cabezas en tu repisa, haré que te comas sus orejas.

Itadori hizo una pequeña mueca—. No hacía falta detallar eso.

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31 de octubre.

Sukuna tomó el control de Yuuji Itadori, puesto que su alma se encontraba muy vulnerable después de los incidentes que vivió, fue fácil quebrar al mocoso. La ciudad ardía, y a sus pies se arrodilló una persona.

—Uraume, ¿Eres tú? Casi no te reconocí —dijo metiendo las manos en los bolsillos—. Sí que ha pasado el tiempo.

—Sukuna-sama —murmuró su sirviente—. Esperé por cientos de años su regreso.

El de tatuajes sonrió arrogante—. Busca a una mujer, se llama Hina Satsuki, o hasta donde recuerdo ers así.

—Sabemos dónde está, ese hombre, el que usa la apariencia de Suguru Getō la encontró —sus cabellos blancos cortos se ondeaban por el viento—. ¿La traemos ante usted?

—Nah, ese tipo seguramente querrá algo a cambio…dile que aceptaré sus términos en cuanto yo mismo me haga cargo de mí situación con este recipiente —se acomodó el cabello ignorando el fuego quemando todo a su alrededor.

Uraume levantó ligeramente la mirada—. ¿Puedo preguntar por qué es tan imperativo vigilar a esa mujer?

—No, no es importante —mencionó Sukuna—. ¿Cómo se ve ella?

—Es joven, no tiene energía maldita y más bien parece una mujer inocente —contestó con indiferencia—. Su alma se ve pura.

Ryomen desplazó su mirada por su sirviente—. Me la voy a comer, comer un corazón humano puro…que sensación.

Uraume se retiró, y Sukuna buscaba algo con qué entretenerse, probablemente debió aprovechar mejor su oportunidad, y lo habría hecho de no ver a su potencial recipiente en problemas, tal vez ver a Hina era algo que evitaba inconscientemente.

Sí la tenía en frente, la violaría, la mataría y se comería su cuerpo.

¿Por qué haría eso?

Su corazón humano la amó más allá de lo trascendental, más allá de la razón y de lo inimaginable.

Ese mismo corazón fue lo que aún lo hacía un vestigio humano. Era una maldición, pero siempre tendría esa huella dentro de él, por esa alma, por esa mujer.

Fue una fortuna que reencarnará en su época nuevamente, o tal vez una desgracia.

“Acabaré con todo esto de una vez por todas…sin tí, al fin dejaré estos recuerdos”.

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Hina Yōichi vió en las noticias el “ataque terrorista” contra la prefectura de Shibuya, que dejó incontables muertos, y heridos. Su rostro era de horror, con la mente nublada de tristeza, siempre creyó que era demasiado empática con tragedias así, especialmente porque un compañero de la carrera y sus padres fallecieron en el festival.

“Es una tragedia…la persona que hizo eso es un monstruo” pensó la joven apretando las manos suavemente.

Antes de poder apagar la televisión, un escalofrío recorrió su espalda, nuevamente esa sensación de ser observada. Aterrada giró suavemente la cabeza, pero no había nada.

“Debo estar imaginando cosas” pensó antes de ser noqueada fuertemente.

—Eres mi regalo de buena fé para Sukuna, debes quedarte conmigo para cuidar de tí —aquel hombre que se presentó como Suguru Getō la sostuvo con cuidado entre sus brazos—. Eres una cosa delicada, ¿Verdad? Aún no entiendo porque fuiste tan importante para él…pero no importa, pronto vas a verlo.

“¿Sukuna?” La mente de Hina apenas registraba lo que decía el mayor, pero no podía moverse, ni gritar.

—Me temo que no serás parte de mi mundo perfecto, solo habrá maldiciones —dicho eso salió por la puerta trasera de la casa, ignorando las maldiciones que custodiaban la vivienda desde hace días—. Uraume creyó que se me podía adelantar, que infantil.

Se viene reencuentro, y como ven, no será en el cuerpo de Itadori 🗣️
Tengo pensado un final medio agridulce, pero un epílogo precioso, que estoy segura van a amar
En dos días vuelvo a la universidad, así que pronto voy a escribir los extras
-Honey