Cherry

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Advertencias: Contenido explícito+18, spoilers del manga.

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Caer rendidos y sin reparo, así se sentían ambos. La maldición jadeaba agotado contra la espalda desnuda de Hina, sus manos apretaban con rudeza sus glúteos hasta que dejó marcas rojas, que posteriormente serían moretones verdes y morados.

—Kuna…—la castaña dejó escapar el apodo sin pensarlo mucho, estaba física y mentalmente cansada—. Sácalo…no puedo más.

El hombre gruñó—. Puedes aguantarlo, ya lo has hecho bien hasta ahora —al verla negar cedió sin soltar más quejas—. Ven aquí, debes cuidar de mí después de servirme.

La de ojos verdes fue acomodada en su pecho desnudo, sí, el cuerpo era diferente, pero Sukuna era el mismo, y a decir verdad, está apariencia era apuesta—. Ojalá pudiera congelar el tiempo —murmuró con timidez contra la piel lisa de la bestia—. Me gustaría quedarme aquí contigo siempre, así.

El de cabellos negros asintió en silencio y la pegó a su pecho—. Sería aburrido.

La joven negó besando su hombro con delicadeza—. No, nada contigo es tedioso, o aburrido.

Ryomen acarició su espalda con la yema de sus dedos, delineando sus omoplatos—. Hasta me dan ganas de tomarte por atrás —sus colmillos se asomaron en una sonrisa burlona—. Date la vuelta y montame.

La castaña sintió su rostro arder de vergüenza, y se mordió el labio inferior antes de mirarlo, sus ojos esmeralda lo decían todo “Puedes hacer lo que quieras conmigo”. El de tatuajes rápidamente unió sus labios en un beso, su mano libre guió su miembro endurecido a su sexo sensible—. Ryomen…¿Por qué el paraíso está contigo?

Sukuna de inmediato comenzó a embestir hacia arriba apretando su cintura con un brazo—. Porque eres mía, y yo soy tuyo.

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Día tras día, Sukuna estaba convencido de su plan. Si ganaba y asesinaba a los hechiceros más fuertes, después podría aplastar a las maldiciones que se le atravesarán en frente, se quedaría en el recinto que sus sirvientes consiguieron por seguridad de Hina, pero después irían a un lugar solitario, solo él y ella, ya no habría más deseo de destrucción, ni muerte.

—Déjame enjuagar tu espalda —pidió la joven sosteniendo un cuenco con agua tibia, ambos estaban desnudos dentro de una tina—. ¿Las maldiciones sienten placer?

Sukuna formó una mueca de disgusto—. Soy una clase especial, la epítome de las maldiciones y la hechicería, aún así todavía tengo deseos carnales cuándo estás cerca —respondió con un dejo de molestia—.  Las maldiciones completas no sienten placer sexual, solo por el dolor.

Hina asintió, todavía no convencida por su explicación, suavemente vertió el agua sobre su piel con lentitud—. Cuando nos conocimos, tú tampoco eras tan expresivo…llegué a pensar que eras un anima.

El de tatuajes soltó una risa burlona—. Apuesto que quisiste matarme.

—Nunca, yo nunca hubiera pensado en algo así —respondió con ese tono lleno de lástima que el mayor odiaba—. De verdad creí que eras como un ángel caído —la sonrisa forzada del contrario la obligó a bajar la mirada—. Todavía lo creo.

Realmente eres muy dulce para mí —el de ojos carmín soltó una risa genuina, una de las pocas que Hina escuchó que verdaderamente venían del corazón.

Hina tocó sus mejillas con cariño, un mimo silencio—. Estaré contigo en esta y otras vidas.

El semblante de Sukuna tembló ligeramente, una voz más juvenil sonó de su garganta—. Mátame…no merezco vivir —su recipiente, Megumi Fushiguro pedía clemencia.

Los ojos verdes de la menor se llenaron de horror y dolor, sus manos bajaron por su cuello mientras Sukuna tomaba el control otra vez—. Ryomen…

—Este mocoso sigue un poco terco, solo deja que vea como mato a sus amigos uno a uno y no será más que otro idiota roto —se río cruelmente.

Hina apretó los labios, suspiró y siguió tallando el cuerpo del mayor “Es mi culpa…soy igual de mala persona que él” sin decir nada, pero con una expresión que decía mucho se acercó y abrazó su pecho desnudo—. Lo siento mucho…

—¿Por qué dices eso? —cuestionó el más alto—. No eres responsable de mis acciones. Mírame a la cara.

Las pequeñas lágrimas de Hina se perdieron en la tina de agua tibia—. No puedo —jadeó cuando el contrario apretó sus hombros—. No quiero.

—Mírame —ordenó con una voz más grave—. Mujer, esto es solo el primer paso, tendré mi forma original y para cuando se de la asimilación de Tengen, tú y yo estaremos lejos, sin nadie que moleste, y nada que matar —pese a ser una maldición, todo su ser estaba atado a ella. La giró para pegar su menuda espalda a su pecho, e inclinó la cabeza en su hombro—. Es el inicio.

Hina pegó más su cuerpo—. ¿Cómo vas a evitar que yo no muera en la asimilación?

Te daré un pequeño fragmento de mi alma, así no morirás.

“Debo hacerlo, debo purificarte, porque te amo…”

“Debo hacerlo, debo purificarte, porque te amo…”

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Hola tonotos.
Ya estamos a nada de terminar, el siguiente capítulo es la pelea contra los hechiceros, así que trataré que sea lo más canon posible (por eso esperé a que salieran unos capítulos para poder saber cómo desarrollarlos).
¿Vieron que volvió mi chica?
En fin, se cuidan, los tqm
-Honey

𝙏𝙤 𝙨𝙬𝙚𝙚𝙩 [𝙎𝙪𝙠𝙪𝙣𝙖 𝙭 𝙊𝘾]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora