La joven Jazmín se ve obligada a dejar su vida para convertirse en la asistente personal de la princesa Camille, una joven de carácter frío y distante. Jazmín entra en un mundo de intrigas palaciegas y deberes reales, donde su calidez y espíritu lib...
Hola a todos!! Les traigo otro maratón, esta vez serán tres capítulos. No se olviden de dejar su estrellita y algún comentario para saber que les parece la historia. Los quiero!!
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Capítulo 11
El paso de los días ayudó a que las cosas fueran mejorando, a partir de esa noche frente a la chimenea la confianza entre nosotras fue en aumento, conversábamos de manera relajada a pesar de no entrar mucho en la vida de la otra pero de todas maneras sentía que estábamos progresando demasiado.
El otoño estaba llegando a su fin, eso significaba que las festividades de los ancestros se terminaban, como una de las cabezas principales de la monarquía y creyente del animismo, Camille debía presenciar el último festejo por lo que en la noche debíamos hacer acto de presencia.
Cuando Marcus me indicó que ya estaban esperándonos para irnos le avisé a la Princesa que la esperaba junto a mi amigo y al verla salir del palacio pude notar lo hermosa que se veía con ese vestido ajustado al cuerpo en color crema, unos zapatos negros y el cabello recogido de forma casual haciendo que su atuendo se viera un poco más informal
- Está muy bonita – murmuré una vez acomodadas en los asientos traseros de la camioneta
- Gracias, vos también te ves muy bien – miró hacía el frente, apretó el botón que hacía que se subiera el vidrio y volteó a verme – ¿Debo quedarme todo el ritual?
- Sería lo correcto – puso los ojos en blanco - ¿No es creyente?
- Lo soy pero a mi manera – contó cruzándose de piernas – No me gusta concurrir a estos eventos, prefiero hablar directamente con los ancestros – asentí comprensivamente - ¿Vos no crees?
- Soy luminista pero también a mi manera – expliqué sonriendo
- ¿Así que luminista? – afirmé relajada al notar que no estaba preguntándolo de mala manera – Entonces nunca viniste a una festividad de estas y supongo que mucho menos a alguna celebración de las auroras boreales
- En Franna, donde yo vivía, no teníamos el privilegio de ver las auroras – noté asombro en su rostro – Y no, tampoco teníamos los medios para trasladarnos para poder observarlas
- Comprendo – se quedó unos segundos pensativa - ¿Este fin de semana hay un evento al que debo concurrir con mi familia?
- Sí, es la celebración del cumpleaños de... - me quedé callada al saber porque debía presentarse a esa fiesta
- El Conde de Imperius – agregó ella – El que mi padre quiere que sea mi futuro esposo
- ¿En serio? – fingí no saber respecto a eso
- Y en dos meses, si no aceptó al Conde, tratará que conozca personalmente al Príncipe Máximo de Drakonia, lleva queriendo unirme a él desde hace cuatro años pero casualmente siempre me enfermo para esa fecha – me reí por su tono juguetón
