La joven Jazmín se ve obligada a dejar su vida para convertirse en la asistente personal de la princesa Camille, una joven de carácter frío y distante. Jazmín entra en un mundo de intrigas palaciegas y deberes reales, donde su calidez y espíritu lib...
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Capítulo 43
La sonrisa acompañada por las lágrimas era un gran indicio de la respuesta que me daría pero necesitaba escucharla salir de sus labios. Camille me hizo ponerme de pie para besarme con mucho amor y luego me miró a los ojos
- Te amo, mi amor – expresó entrecortadamente por el llanto – Quiero todo con vos así que sin dudarlo acepto – ambas nos reímos – Quiero casarme con vos, mi vida
Tomé su mano izquierda para deslizar el anillo en su dedo anular, ella lo acercó para verlo mejor y me miró con una sonrisa radiante
- ¡Es precioso! – exclamó maravillada - A partir de ahora tenemos una promesa de unión
- Te amo demasiado, Camille – murmuré mirándola a los ojos
- Yo también te amo – nos besamos – Es la mejor noche de mi vida
- Puedo hacer que sea mejor – sonreí pícaramente - ¿Te gustaría?
- No hay nada que me gustaría más – me tomó de la mano – Vamos a nuestro cuarto – comenzamos a caminar – Pero entremos por la parte de atrás, no quiero cruzarme con los chicos porque van a retrasarnos en nuestra celebración
- Tengo un lugar mejor donde podemos ir a amarnos – frunció el entrecejo – Confía en mí
La guie hacia donde se encontraba el pequeño establo, detrás de este se encontraba una zona bastante escondida por lo que podríamos tener un momento apasionado bajo las estrellas
- Vamos a tener que usar nuestra ropa para poder acostarnos – dije riendo porque la expresión de su rostro me hacía imaginar que estaría pensando en la manera de no llenarse de arena – Si querés regresamos a la casa... - negó volviendo la mirada a mí - ¿Estás segura?
- Quiero que la luna y las estrellas sean testigo de nuestro amor – me tomó de la cintura – No voy a negar que es raro hacerlo en un lugar así pero podemos romantizarlo – comenzó a dejar besos por mi mejilla para ir bajando hacia mi cuello – No te das una idea de cuánto te amo
- Demostramelo, amor – susurré
Llevó sus manos a mi espalda al mismo tiempo que besó mis labios, bajó el cierre del vestido para luego deslizar los delgados tirantes por mis brazos haciendo que la prenda terminara en el piso. Su experta boca bajó hasta continuar dejando besos en la piel que quedaba expuesta por el sujetador pero no demoró en quitarlo aventándolo lejos de nosotras. Sus manos tomaron mis pechos, los levantó y juntó al mismo tiempo para empezar a besarlos y chuparlos con bastante ímpetu provocando que fuertes suspiros se escaparan de mi garganta. Parecía completamente hipnotizada, no se desprendía de mis pezones ni para tomar aire y justo en el momento en el que mordió el izquierdo levantó la mirada para encontrarla con la mía
