Capítulo 23

120 21 10
                                    

No se olviden de dejar su estrellita y algún comentario!! Los quiero!!

No se olviden de dejar su estrellita y algún comentario!! Los quiero!!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 23

Las primeras semanas fueron tranquilas, por las mañanas acordé con Amelie que junto a Augusto la acompañaríamos a la escuela para luego irnos a Thalassia a pasar algunas horas con mi familia y a la hora en que salía regresábamos a buscarla para volver al palacio sin levantar sospechas.

Afortunadamente mi hermano estaba evolucionando bien, había comenzado a realizar la rehabilitación más fuerte por lo que tenía días de mucho dolor pero estaba esforzándose para recuperar la movilidad por completo.

Los días junto a Amelie me ayudaban mucho, me contaba anécdotas divertidas que compartió junto a Camille y su abuela ya que junto a la antigua monarca era con quien pasaban sus mejores momentos. También aprovechamos el tiempo para conocernos, no teníamos mucha edad de diferencia por lo que de cierta manera, haciendo a un lado las diferencias sociales que nos separaban, en varios aspectos coincidíamos en la manera de pensar.

Casi todas las noches hablaba con Camille ya que debía cumplir con muchísimas obligaciones pero siempre trataba de mantenerse en contacto aunque sea con un mensaje. La noticia de su compromiso se había extendido por todas la redes sociales y programas de noticias de todo el país e indudablemente también en los países vecinos. El pueblo apreciaba mucho a la futura Reina por lo que al parecer no estaban muy contentos con la falsa relación con Máximo de Drakonia ya que en varias ocasiones salían a la luz videos en los que no se los veía muy a gusto juntos por lo que algunos medios de comunicación habían invitado a sus programas a expertos en lenguaje corporal para analizar los gestos y actitudes de los Príncipes.

Respecto a Isaac tuve la fortuna que por unos compromisos debió viajar a distintas provincias, eso lo mantuvo lejos de mí pero cuando esa tarde lo vi llegar bastante furioso por una reunión que indudablemente no había resultado de la mejor manera, supe que lo mejor era mantenerme lejos suyo.

La distancia con la Princesa de cierta manera me acercó a mis mejores amigos ya que todas las noches cenábamos juntos y compartíamos charlas en los jardines o en la azotea del palacio. Eran un gran apoyo en ese momento tan complicado alejada de la persona que estaba robándose mi corazón por completo.

Una de esas noches, cuando regresaba a mi cuarto para darme una ducha, fui interceptada por un guardia, en varias ocasiones había hablado con él, era un chico simpático pero el rostro serio me hizo saber que algo no iba bien y confirmé eso cuando dijo que el Rey me había enviado a buscar

- Tengo cosas que hacer – me excusé de manera temerosa

- Supongo que eso tendrá que esperar – al verme retroceder me tomó del brazo – No quiero ejercer fuerza, Jazmín – parecía realmente apenado – No me obligues a llevarte en contra de tu voluntad

- Es que si voy es en contra de mi voluntad – lo miré suplicante – Hace de cuenta que no me viste, yo me puedo esconder

- Lo lamento – apretó mi brazo – Acompañame, por favor

Entre la Corona y el CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora