La joven Jazmín se ve obligada a dejar su vida para convertirse en la asistente personal de la princesa Camille, una joven de carácter frío y distante. Jazmín entra en un mundo de intrigas palaciegas y deberes reales, donde su calidez y espíritu lib...
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Capítulo 13
No tenía caso que mintiera, me acababa de ver salir del despacho de su padre mientras me sujetaba la mejilla que seguramente estaba completamente roja por la fuerza con la que me había golpeado así que preferí solamente asentir y tratar de huir pero cuando quise pasar por su lado me tomó de la mano para llevarme a una parte del palacio a la que no había ido nunca, la famosa sala del trono que pude ver que era imponente debido a todo el oro que la rodeaba, los enormes cuadros y en distintas vitrinas, en el lateral derecho, había distintas coronas que seguramente fueron utilizadas por reyes y reinas anteriores
- ¿Qué pasó? – negué sin poder mirarla a la cara – ¿Por qué te golpeó?
Ahí estaba la pregunta que no quería ni sabía cómo responder sin tener que sincerarme con ella y lo peor es que el simple hecho de pensar en mentirle me hacía sentir una persona terrible, sin embargo no me quedaba más opción que hacerlo
- Supo que no se sentía mal el día del festejo del Conde – le di la excusa más creíble que se me ocurrió – Cree que yo la estoy encubriendo para que siga postergando lo del compromiso
- ¡Mierda! – escupió entre dientes
Sin esperarlo me abrazó haciendo que mi mejilla golpeada quedara sobre su pecho, sus manos acariciaban mi espalda con mucha suavidad y su olor me hizo cerrar los ojos para que luego mi llanto fluyera desconsoladamente
- Tranquila bonita, no voy a dejar que vuelva a tocarte – susurró con voz dulce – Perdoname por meterte en apuros con ese horrible hombre
En mi cabeza retumbaba la forma en que me había llamado, era la primera vez que se mostraba cariñosa conmigo y me moría de ganas de corresponderle
- Ya debe partir, Princesa – sin quererlo la aparté – En el muelle la están esperando
- No voy a dejarte sola – nos miramos a los ojos – A parte antes de irnos a navegar debemos ir a un lugar
- ¿Dónde? – negó sonriendo por mi curiosidad - ¿Qué debo llevar para el paseo?
- Ropa cómoda, nada de trajes – rasqué nerviosa mi cuello porque la ropa informal que tenía era la que había traído de mi casa y no era acorde para ir junto a una futura Reina – Ya veo... - al parecer mi rostro expresó mis pensamientos – Podemos pasar a comprar algunas prendas
- No tiene que... - guardé silencio al sentir que besó mi lastimada mejilla
- Quiero comprarte lo que necesites – se alejó unos pasos – Vamos, nos están esperando
Sin más palabras tomó mi mano entrelazando nuestros dedos, caminamos hasta la salida del palacio donde Marcus con su equipo de trabajo junto a mi amigo nos esperaban pacientemente. Al subirnos, el encargado de seguridad conversó unos pocos minutos con mi amigo y emprendimos viaje
