Capítulo 16

153 22 13
                                    

No se olviden de dejar su estrellita y algún comentario!! Los quiero!!

No se olviden de dejar su estrellita y algún comentario!! Los quiero!!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 16

Después del fallecimiento de la Reina Madre el palacio se llenó de un ambiente completamente lúgubre evidenciando que la partida de la antigua Reina de Aurorion había llenado de tristeza el lugar. Algunos integrantes del personal, los que más tiempo llevaban trabajando para la monarquía, me contaron algunas anécdotas de la época en la que el Rey Guillermo gobernaba y sin dudas Margaret había hecho muchísimo para que la realeza en este país continuara teniendo el suficiente poder.

Mi preocupación se centraba en Camille, no quería salir de su habitación, cuando le llevábamos comida la rechazaba y dudaba que estuviera manteniendo una buena higiene y mucho menos dormir por lo que al sexto día, fui a la azotea para pensar cómo podía ayudarla y mi mente se iluminó cuando vi el cielo pintado de rojo. La Princesa me había contado sobre su preferencia por este color y que casualmente coincidía con la de su abuela así que no dudé en ir a buscarla para mostrarle que la reciente fallecida estaba visitándola. Luego de un poco de insistencia logré hacerla subir, al salir me sentí de maravilla por verla tan emocionada pero al mismo tiempo tan sonriente porque eso significaba que mi plan había funcionado pero cuando me hizo saber cuál era el mensaje que Margaret le estaba haciendo llegar me puse bastante nerviosa y eso fue mucho peor cuando la tuve a escasos centímetros de distancia confesándome que le gustaba

- Princesa... - me quedé callada

No tenía sentido mentirle y mucho menos mentirme a mí misma porque deseaba tanto como ella que hiciera nula la poca distancia que nos separaba. Comprendió mi silencio como la aceptación a lo que tanto ambas queríamos, cerré los ojos y me dejé llevar por la sensación de sus labios tocando suavemente los míos. Lo hacía con calma, con una dulzura que era todo lo contrario al carácter que dejaba verle al mundo y se estaba tomando su tiempo para profundizar el beso pero cuando lo hizo sentí que estaba flotando en medio de las hermosas auroras boreales que estaban sobre nosotras. Su experta lengua acariciaba la mía haciendo que esas mariposas de las que todo el mundo hablaba revolotearan en mi estómago, las manos que sujetaban mis mejillas bajaron suavemente por mis brazos hasta aferrarse a mi cintura para jalar mi cuerpo hacia el suyo. Todas esas sensaciones me llevaron a abrazarla, necesitaba sujetarme con fuerza porque sentía que en cualquier momento caería desde las alturas, terminaría estrellándome contra el piso y despertaría de este bellísimo sueño. Perdí la noción del tiempo, quizás fueron segundos o minutos en los que nuestras bocas estuvieron danzando de manera sincronizada pero cuando se apartó de mi podría decir que pasó toda una eternidad. Sus ojos brillaban, todo su rostro lo hacía, parecía que toda esa tristeza que cargaba antes de salir a la azotea había desaparecido por completo y mi ego se enalteció al darse cuenta que era yo la causante de que eso hubiera ocurrido

- Gracias – unió su frente a la mía – Traerme esta noche a este lugar fue de las mejores cosas que has hecho desde que estas a mi lado

- Princesa, yo no pensé que esto pasaría... - dejó un beso cortito sobre mis labios

Entre la Corona y el CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora