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Confusión


Jimin sabía que Yoongi estaría en su salón este año. Claro que lo sabía, él siempre sabía todo lo relacionado con Min Yoongi. Lo que nunca imaginó era que el mismo Yoongi fuese quien se acercara a hablarle.

— ¿Podrías facilitarme tu cuaderno de ciencias? no alcancé a copiar todo.... Por... Favor.

Jimin se siente confundido, Yoongi estaba siendo amable con él y eso era algo que nunca había sucedido antes.

Lo notó durante la clase, le sonrío cada que sus miradas se cruzaban. Le ofreció una golosina antes del receso. Afirmó la puerta para que ingresara a clase... ¿Qué rayos pasaba?

Por un lado, su corazón latía más rápido al ver a la persona que ha amado en secreto por tanto tiempo frente a él. Por otro lado, su mente le advierte que no se deje llevar por las apariencias y que recuerde el dolor que Yoongi le causo en el pasado.

— Mmm... — Ladea su cabeza — ¿Quién eres, y qué hiciste con Min Yoongi?

Sin esperar respuesta Jimin corrió a los baños más cercanos. Yoongi se sorprendió, pero su instinto lo llevó a seguirlo. Se detuvo frente a la puerta, escuchando los sonidos de Jimin jadeando y llorando desesperadamente.

Yoongi se sintió abrumado por la culpa y la preocupación. No había querido asustar a Jimin, sólo buscaba una excusa para acercarse a él, pero se dio cuenta que había mucho daño que sanar si quería que Jimin confiara en él esta vez.

Jimin sostenía sus piernas frente a su pecho e intentaba silenciar los sollozos que escapaban sin querer. Tuvo miedo, sabía que Yoongi estaba al otro lado de la puerta y que podría entrar en cualquier momento. Escondió su cabeza al sentir la puerta siendo abierta.

Con cuidado, Yoongi empujaba la puerta del baño. Pudo ver a Jimin, encorvado en un rincón, llorando. Sintió su pecho apretarse un poco. Se arrodilló a su lado, guardando silencio un momento.

Esos segundos parecieron una eternidad para ambos.

— Jimin — habló con suavidad — Jimin, lo siento mucho. No quise asustarte. Solo quería hablar contigo... ¿Puedes perdonarme? — Se sinceró.

Jimin levantó su cabeza lentamente, lo miró con desconfianza, preguntándose qué quería realmente. Pero antes de que pudiera decir algo, se escucharon risas y pasos fuera del baño. Sus miradas chocaron al mismo tiempo que la puerta se cerró con un fuerte golpe. Una voz burlona se escuchó.

— ¡Miren lo que tenemos aquí chicos! El bully de la escuela y su víctima, juntos en el baño. ¡Qué romance!

Jimin escuchó como los estudiantes del otro lado estallaban en risas, y haciendo sonidos que emulaban una canción de amor y besos.

Yoongi se levantó rápidamente, intentando abrir la puerta, pero estaba bloqueada.

Jimin volvió a acurrucarse en el rincón, sintiéndose atrapado y vulnerable. El llanto amenazó con volver y Yoongi lo notó, él no permitiría esto. No, no está vez.

Se levantó de un salto y corrió a la puerta, la golpeo con el puño dañándose en el proceso más no le importó.

— ¡Abran la maldita puerta! ¡Esto no es gracioso maldita sea! — Gritó colérico.

Pero los estudiantes solo se rieron más fuerte.

— ¡Oh, Min está molesto! — Se burló — ¡Qué sorpresa!

Yoongi se dio cuenta de que gritar e insistir no iba a funcionar. Conocía a esos chicos, muchas veces fue el que armaba ese tipo de acoso, y estaba claro que insistir sólo empeoraría las cosas. Intentó calmarse y se acercó nuevamente a Jimin, que todavía estaba acurrucado sobre el frío piso. Rodeado del aroma a desinfectante que inundaba el lugar.

— Hey, Jimin, lo siento. No quise que esto pasara — Se disculpó con voz suave.

Jimin lo miró con desconfianza, pero no dijo nada.

Yoongi se sentó a su lado y tomó una de las manos del contrario, dejando expuestos sus nudillos dañados por los golpes anteriormente dados a la puerta. La mirada de Jimin se fijó en ellos.

— Sé que no me crees, pero estoy tratando de cambiar. Quiero demostrarte que puedo ser una buena persona.

Jimin seguía sin decir nada, pero Yoongi notó que su mirada se suavizó un poco. En ese momento notaron que las risas al otro lado de la puerta habían cesado. Todo estaba en completo silencio.

— Tu mano — Susurró Jimin.

Yoongi levantó una ceja en señal de confusión.

— Tu mano está herida — Señaló.

Yoongi bajó su mirada notando sus nudillos rojos y rasguñados. Rastros de sangre se asomaban de ellos.

— Oh, no es na-

— Tengo mis implementos para curarla — Dijo mientras acomodaba sus anteojos — Siempre los cargo conmigo por si me lastimo.

El corazón de Yoongi sintió un calor envolverlo. Observó como Jimin sacaba de su bolso diferentes objetos poniéndolos sobre sus piernas. Tomó la mano de Yoongi y pasó algodón con un poco de alcohol sobre la zona dañada. Abultó sus labios y sopló con cuidado. A Yoongi le pareció adorable.

— Lo siento si duele un poco — susurraba entre soplidos — Es necesario para desinfectar.

— Comprendo — Dijo Yoongi con una sonrisa tierna adornando su rostro.

Era la primera vez que ambos estaban tan cerca sin burlas u ofensas de parte de Yoongi.

— Te pondré una bandita aquí — Jimin señaló un corte en uno de los nudillos del contrario — Son de gatitos. ¡Mira! — Su voz se alzó sorpresivamente captando toda la atención de Yoongi — Se parecen a ti.

Silencio.

Jimin se dio cuenta de lo que había dicho y sus mejillas comenzaron a colorearse por la vergüenza. Pensó en disculparse, fue cuando escucho las risas de Yoongi llegar a sus oídos. No pudo evitar reír también, mientras observaba atónito lo hermoso que se veía el mayor enseñando sus pequeños dientes y rosadas encías.

— Eres muy tierno Jimin... Lamento no haberlo notado antes — Se disculpó bajando la mirada y con su voz quebrada.

— Eso no es importante ahora. Muy pocas personas se dan el tiempo de conocerme — Yoongi lo escuchaba culpable — Lo más fácil es burlarse y hacerme sentir mal — Suspiró.

Si bien el plan de Yoongi no era terminar encerrados en el baño justo a la hora de salida, sentía que era lo mejor que les podía haber sucedido. Se dio cuenta de que Jimin estaba empezando a abrirse un poco más, así que decidió seguir compartiendo su propio lado vulnerable.

— Jimin, quiero que sepas que estoy tratando de cambiar porque me di cuenta de que mi comportamiento era dañino. Quiero ser una mejor persona, no solo por mí, sino por los demás.

Jimin lo miró con curiosidad, sorprendido por la sinceridad de Yoongi.

— ¿Por qué me estás contando esto?

Yoongi se encogió de hombros.

— Supongo que porque quiero que sepas que estoy intentando ser honesto contigo. Quiero que confíes en mí — Dijo mientras lo miraba fijamente. Vio los ojos de Jimin suavizarse aún más notando un destello diferente que se juró querer volver a ver.

Jimin asintió lentamente, empezando a creer que Yoongi estaba diciendo la verdad. Una pequeña esperanza se instaló en su interior.

— Gracias por contarme.

La conexión entre ellos sigue creciendo, y la tensión en el baño comenzaba a disminuir.




Siempre fuiste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora