Siempre fuiste Tú

19

Familia Min

— Oh! Hijo, que bueno que llegaron, los estábamos esperando para cenar — La madre de Yoongi, una mujer elegante y sofisticada, recibió a la pareja con una sonrisa cálida en la puerta —. ¡Jimin! ¡Bienvenido a nuestra casa! —, dijo, extendiendo su mano para saludarlo.

Buenas tardes, señora Min — saludó sonrojado, evitando el contacto visual.

— ¡Ay no, Jimin! — Exageró llevando sus manos al pecho — Me haces sentir una anciana. Soy Min Hye-soo, pero puedes decirme madre.

— ¡Madre! — La voz de Yoongi resonó en el lugar, impactado por la audacia de su madre. Las mejillas de Jimin en cambio parecía que iban a echar humo de lo coloradas que estaban — No le hagas caso pequeño, mi madre suele ser muy imprudente en ocasiones.

Jimin asintió con un leve movimiento de cabeza, para luego regalarle una linda sonrisa a la mujer.

Al ver a Jimin por primera vez con detenimiento su expresión cambió ligeramente.

— ¡Eres aún más hermoso de lo que imaginaba! — exclamó, sin poder disimular su admiración.

Jimin se sonrojó, sintiéndose incómodo por el cumplido.

— Gracias, señora Mi... Señora Hye-soo —, tartamudeó, bajando la vista.

Yoongi intervino, avergonzado — Madre, por favor, lo haces sentir incómodo —, apoyó sus manos en la cintura del menor y lo guió hacia el interior de la casa.

La madre de Yoongi se rió, siguiéndolos de cerca.

— Lo siento, Jimin. No pude evitarlo. Eres realmente un joven muy atractivo —, insistió, haciendo que Jimin se sonrojara aún más.

Jimin miró a Yoongi, buscando ayuda, pero Yoongi solo se encogió de hombros, sonriendo nervioso y negando con su cabeza.

Hye-soo guió a Jimin hacia la sala de comedor, donde ya se encontraba el señor Min, Woozi y Minji.

— ¡Bueno, todos están aquí! —, anunció, sonriendo.

Al entrar, Jimin se detuvo un momento, sorprendido por el parecido familiar entre los hermanos Min. Woozi y Yoongi compartían la misma estructura facial, piel blanca como la nieve y el cabello negro. Aunque sus miradas eran distintas, la de Woozi era mucho más intimidante.

Pero antes de que Jimin pudiera procesar más, Minji se levantó de su silla y corrió hacia él, abrazándolo con entusiasmo.

— ¡Jimin! —, gritó, rodeándolo con sus brazos.

Jimin sonrió, sorprendido por la efusividad de la menor de los Min.

— ¡Hola, pequeña Minji! —, devolvió el saludo, riendo, mientras la abrazaba.

Yoongi sintió un calor en su pecho, disfrutó observando la escena.

— Enana, no lo ahogues.

La señora Min se unió a los demás después de poner los alimentos en la mesa, sonriendo con elegancia. Pero su rostro cambió en un segundo, adoptando un aura mucho más serio y dominante.

— Bueno, ahora que todos están aquí, comenzaremos a discutir el plan para el juicio.

Woozi asintió, serio.

— Estoy listo para hacer lo que sea necesario para ayudar a Jimin, madre.

Jimin miró a Woozi, agradecido. Aunque nervioso. Había algo que le causaba incomodidad, pero podía ser sólo el hecho de que aún no se sentía en confianza en el lugar. Si, se quería convencer de que era por eso.