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¿Gatito?


En el pequeño baño, la luz tenue de las luces de la ciudad que ingresaban por el tragaluz creaba sombras suaves en sus rostros, resaltando la seriedad de sus expresiones. El aire estaba quieto, sin un solo ruido que interrumpiera el silencio. Jimin se sentía nervioso y curioso, sus ojos fijos en Yoongi con una mezcla de inquietud y expectativa. Yoongi, por su parte, estaba relajado y abierto, su mirada era calmada y acogedora.

— Ahora siento que también debería confiarte algo — los ojitos de Jimin se convirtieron en dos medialunas y su sonrisa iluminó el lugar.

Yoongi lo miraba sin poder creer todo el tiempo que había perdido en el pasado, pero esta vez quería darse la oportunidad de conocer al verdadero Jimin. No perdería la oportunidad otra vez.

No pretendía que se convirtieran en novios, ni que tuviesen una historia de amor como en las películas. Simplemente quería conocerlo, ¿ser amigos?, sí, estaba bien para empezar y el tiempo diría lo que les deparaba el destino.

— Me parece justo — afirmó sonriendo.

Jimin lo pensó un momento, mordisqueaba su labio inferior nervioso. ¿Realmente podía confiar en Yoongi? Se arriesgaría, algo dentro de él le decía que el mayor estaba siendo honesto.

— Bueno... — titubeó — Yo... quiero convertirme en modelo — Yoongi sonrió al escuchar aquel sueño, sin poder evitar recordar el fututo, donde Jimin era un supermodelo reconocido en todo el mundo.

— Eres muy guapo, Jimin. Creo que podrías ser un modelo famoso si lo intentaras.

Jimin se sonrojó y miró hacia abajo, intentando esconder su sonrisa.

— No es posible. Soy solo un chico de la escuela — Sus mejillas se sonrojaron aún más.

Yoongi se acercó un poco más — No te subestimes, Jimin. Tienes un potencial increíble. Y estoy seguro que si alguien puede hacerlo, eres tú.

Jimin miró a Yoongi con sorpresa, no esperaba que él pensara de esa manera. Comenzó a sentir una conexión con Yoongi que no había sentido antes. Aquello era una buena señal sin duda.

La conversación fluía fácilmente, saltando de un tema a otro sin esfuerzo. Se rieron, compartieron historias y descubrieron más el uno del otro. Yoongi escuchó atentamente, mostrando empatía y comprensión. Mientras Jimin observaba ilusionado este cambio en la actitud del pelinegro.

El baño, que inicialmente parecía un lugar inhóspito, se había convertido en un refugio acogedor. La luz tenue, el silencio y la calma habían creado un ambiente íntimo, donde podían ser ellos mismos sin miedo a ser juzgados

Mientras hablaban, se dieron cuenta de que habían estado encerrados en el baño por mucho tiempo. Pero, se sentían tan bien juntos. Tranquilos, como siendo abrazados por una calma que desconocían que existía. Jimin miró su reloj y se sorprendió al ver que el tiempo había avanzado tan rápido.

— ¡Hemos estado aquí dos horas!

Yoongi se rió — ¿El tiempo vuela cuando te diviertes? — preguntó con una sonrisa.

Jimin sonrió, sin duda esta nueva faceta de Yoongi era mejor de lo que alguna vez pudo imaginar.

— Supongo que sí — respondió, sin querer que el momento terminara — Pero, creo que deberíamos intentar salir ya — estaba preocupado — Mis padres llegarán del trabajo y se asustarán al no encontrarme en casa. Además, mi teléfono está apagado.

Yoongi asintió y se levantó, intentando abrir la puerta nuevamente. ¡Lo logró! Tomó la mano de Jimin guiándolo a la entrada de la escuela. Cuando se dio cuenta que sus manos estaba entrelazadas, sintió toda su sangre subir a su cabeza de una vez, sus mejillas ardieron, pero no dijo nada, sólo aprovechó ese pequeño momento disfrutando la suavidad de la piel del otro.

Siempre fuiste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora