Juicio
El esperado día del juicio llegó, y la tensión flotaba en el aire.
Jimin se despertó temprano, sintiendo un nudo en el estómago. Hoy enfrentaría a Changbin y Nayeon, sus agresores, en la corte.
La mañana era gris y sombría, con nubes densas que cubrían el cielo. La luz del sol apenas se filtraba a través de ellas, dejando una sensación de opresión y pesadez en el aire.
El viento soplaba suavemente, llevando consigo el olor a lluvia y humedad. Las gotas de rocío aún pendían de las hojas de los árboles y los tejados de las casas, como si la noche anterior hubiera llovido.
Jimin se asombró al ver ese día tan inusual en pleno septiembre. "¿Dónde está el calor del verano?", pensó. La sensación de frescura era refrescante, pero también extraña, como si el tiempo mismo estuviera fuera de lugar.
Para Jimin, esa mañana era un reflejo de su estado de ánimo. Se sentía pesado y oprimido, como si el peso del mundo estuviera sobre sus hombros.
La ansiedad y el nerviosismo lo consumían, haciendo que su corazón latiera con fuerza y su mente estuviera en constante alerta.
La grisura del día parecía envolverlo, haciéndolo sentir como si estuviera caminando a través de una niebla espesa y densa. No podía ver claro, no podía pensar con claridad. Solo sentía una sensación de inquietud y temor.
Se vistió con cuidado, eligiendo un traje sencillo pero elegante. Su madre, Park Yeona, y su padre, Park Jihoon, lo esperaban en la sala, listos para acompañarlo.
— Estamos contigo, Jimin — dijo Jihoon, abrazándolo con fuerza. Deseando que la pesadilla que por tanto tiempo vivió su hijo por fin terminara.
— No te preocupes, hijo — agregó Yeona, con su característica sonrisa amable —. Al fin, se hará justicia.
La familia Park se unió en un abrazo lleno de esperanza y calidez. Jimin recibió dos besos en su frente justo antes de que el sonido del timbre les avisara que ya era hora de partir a la corte.
La abogada de Jimin, su suegra, llegó puntualmente a buscarlos para llegar juntos al lugar donde se realizaría el juicio.
— Buen día, Jimin. Estoy lista para defenderte —dijo, sonriendo.
Jimin asintió, sintiendo una mezcla de nerviosismo y determinación. Suspiró profundo intentando alejar todo aquello que no lo dejó dormir en casi toda la noche.— Vamos — titubeó, saliendo de la casa con su familia y la señora Min.
El camino al tribunal fue tenso, pero cuando vio a Yoongi esperándolo fuera del lugar, su corazón se calmó un poco. La sonrisa de su novio fue como un rayo de sol en medio de la oscuridad, iluminando su día y dándole fuerza para enfrentar lo que venía.
— Estoy aquí para ti, mi amor —. Yoongi se acercó más al menor y dejó una suave caricia en su mejilla, seguida de un tierno beso en sus pomposos labios. El brillo labial de fresa se transfirió a los labios contrarios y Yoongi saboreó sin disimulo — Sabes delicioso — bromeó, Jimin se sonrojo levemente, él sabía perfectamente porque hacía ese tipo de comentarios. Sonrió débilmente, agradecido por el apoyo de su novio.
Solo unos minutos y Jimin se despidió de Yoongi con un beso rápido y se dirigió hacia la entrada de la sala que le correspondía. Justo cuando estaba a punto de entrar, escuchó pasos apresurados detrás de él.
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Siempre fuiste Tú
Fanfiction¿Alguna vez has deseado irte a dormir y que al despertar estuvieses 15 años atrás? Yoongi nunca pensó que algún día desearía volver a esa época en la que lo único que le preocupaba era donde sería la siguiente fiesta el fin de semana o como seguir...