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Confesión

El corazón de Yoongi latía desbocado. Iba a confesarle sus sentimientos a Jimin y si bien hubiese preferido que fuera en una situación diferente, estaba seguro de que este era el momento idóneo.

Sus manos sudaban y cada segundo parecían una eternidad.

La oscuridad de la noche se hacía presente por la rendija de la ventana y una suave brisa fresca mecía las cortinas grises que Yoongi eligió hace unos meses para su habitación. Ya eran casi las 10 de la noche.

Ambos jóvenes estaban sentados en la cama, sobre el esponjoso cobertor, mirando al suelo. Un silencio abrumador los envolvía, a tal punto, que creían poder oír los latidos nerviosos de sus corazones.

— Creo... creo que será mejor que me lleves a casa — sugirió nervioso el pelirrubio.

Yoongi se sorprendió al escuchar las palabras de Jimin, su corazón latiendo aún más rápido. No quería arruinar el momento.

— ¿Qué? — preguntó — No, pequeño.  No quiero que te vayas — confesó.

Jimin levantó su mirada, sus ojos encontrándose con los negros de Yoongi.

— Es mejor así, Yoon. Yo... yo no quiero causar más problemas en tu casa —, su voz temblaba provocando que los nervios del mayor aumentaran.

Yoongi se acercó, y sus brazos rodearon el torso de un nervioso Jimin, sus rostros frente a frente, demasiado cerca, que podían sentir la respiración del otro como si fuese la propia.

— No estás causando ningún problema, pollito —. Acomodó un mechón del menor detrás de su oreja con una delicadeza asombrosa —Solo... hay una cosa que necesito que sepas — su aliento cálido en la oreja de Jimin lo hizo estremecer.

El calor de Yoongi, tenía a Jimin al borde de enloquecer. La voz profunda pero delicada que el mayor usaba era su nueva melodía favorita.

— ¿Qué es? —, preguntó, su voz tan baja que era apenas audible.

Min tomó una respiración profunda, preparándose para confesar lo que por tanto tiempo prefirió ignorar.

— Me importas, Jimin. Mucho más de lo que crees —, soltó, su voz sonaba llena de sinceridad.

Jimin se sorprendió, sus ojos verdes se abrieron de par en par y su boca formo una pequeña O.

— ¿Qué quieres decir? —, preguntó, su corazón latiendo rápido y sin control.

Yoongi sonrió, volviendo a poner su rostro cerca del de Jimin.

— Quiero decir — suspiró — que me gustas mucho, Jimin. Me gustas tanto que no quiero volver a estar lejos de ti — aclaró con su voz llena de emoción, mientras acariciaba la barbilla del contrario.

El silencio se hizo aún más abrumador, Jimin procesaba cada una de las palabras de Yoongi. Se tomó un momento para recopilar sus pensamientos y emociones antes de actuar. Se levantó de la cama con lentitud y se alejó ligeramente. Su rostro reflejaba sorpresa y confusión.

— Yoon... no, no sé qué decir... no sé qué debo responder.

El mayor sintió un golpe en el corazón, pero no se rendiría. No con Jimin. Esta vez no sería un idiota.

— No necesitas decir nada...aún. Solo quiero que sepas como me siento — su voz suave pareció envolver nuevamente a Jimin.

— Yoongi, esto es... yo... yo no me esperaba esto. No sé si estoy listo... No creo ser suficiente para ti.

Siempre fuiste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora