Capítulo 17: De ajedrez.

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《Banco Nacional, Seúl, Corea del sur.》

Primer movimiento.

Park Jimin no había tenido muchos trabajos en su vida, después de la muerte de su madre tuvo que hacerse cargo de su padre, debía realizar labores del hogar con el único objetivo de que este no le hiciera daño, sin embargo apenas cumplió los doce años dejó de lado las tareas del hogar para ir a las calles a trabajar, su primer empleo fue en una tintorería, donde el viejo anciano dueño del lugar se apiado de él y le dejó realizar tareas básicas o mandados sencillos, siempre a escondidas de que alguien los viese y los denunciara por darle trabajo a un menor, su estancia ahí duró un par de años, eso hasta que a los dieciséis su padre lo vendió a Jang Ho-Young, este último lo obligó a trabajar en el bar donde pasó varios años hasta que Sook lo secuestró.

Y aunque muchos años se dedicó a tratar con personas, nunca se sintió preparado para lo que estaba haciendo en éste momento.

Y es que si alguien le hubiese dicho que iba a terminar de infiltrado en un banco nacional mientras trabajaba para la mafia más poderosa del planeta, probablemente se habría reído en su cara.

Detuvo sus pies unos segundos al llegar a la fila de entrada, vio a su alrededor rápidamente dando una vista general buscando memorizar el lugar por completo, espero unos segundos hasta que la fila frente a él comenzó a volverse más corta y fue su turno de pasar, tomó una de las charolas contenidas y la depositó sobre una fría mesa de metal, después comenzó a quitarse su cinturón y sacó así como su billetera y cualquier otra cosa que fuera de metal, dejó la bandeja sobre la cinta en movimiento y avanzó por el enorme detector de metales rezando para su interior qué este no sonará por el audífono qué llevaba puesto.

Cuando estuvo del otro lado respiró tranquilo, tomó su bandeja y se apresuró a colocarse sus cosas para después avanzar por la amplia estancia del banco, sus ojos se toparon con los de Yi-seo la joven pelinegra ya estaba adentro por lo que fugazmente se sonrieron antes de que cada uno iniciaría su parte del plan.

—Jimin ¿Me escuchas?—La voz de YoonGi sonó a través del delicado audífono que se escondía en su oído, Jimin observó con fingido desinterés una de las cámaras cercanas antes de asentir dando respuesta a la pregunta hecha sabiendo que el mayor lo estaba viendo por las cámaras.-Bien, comienza a relacionarte, actúa normal y espera a que Yi te de la señal.

Jimin volvió a mover su cabeza en una señal afirmativa, comenzó a caminar por el living del enorme edificio en el que estaban, observando a las personas a su alrededor.

Todos los viernes de final de mes el banco nacional de Seúl organizaba una fiesta con todos sus empleados para celebrar el cumplimiento de las metas propuestas, a esa fiesta no solo asistían los trabajadores del banco si no también clientes de renombre qué podían generar beneficios futuros para la compañía.

Yi-Seo era una de ellas, la joven pelinegra además de ser la menor de la mafia Min, estaba encargada de dirigir las empresas fantasmas qué sus hermanos creaban para lavar el dinero, si bien los Min nunca habían sido invitados a estas exclusivas fiestas, la ocasión y necesidad de acercarse al dinero de Sook había llevado a la chica a pedir unos cuantos favores, cosa que no fue difícil.

Jimin había sido su acompañante esa noche, ambos estaban pasando desapercibidos qué era justo lo que necesitaban lograr.

Su objetivo era fácil o por lo menos eso era lo que YoonGi había dicho, Jimin pensaba que iba a ser más difícil, pero estaba haciendo lo posible, tenían que llegar hasta el cuarto de seguridad y extraer la información que el banco tenía sobre el transporte del dinero de Sook.

The Min'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora